Hay una frase muy famosa que dice «Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla«. No se sabe muy bien quien es su autor . Algunos se la atribuyen a Cicerón, pero también hay otros que la ponen en boca de Nicolás Avellaneda, del poeta y filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana e incluso de Winston Churchill. Esta frase está escrita en la entrada del bloque número 4 del campo de Auschwitz I, en polaco y en inglés:

Kto nie pamięta historii, skazany jest na jej ponowne przeżycie.

The one who does not remember history is bound to live through it again.

Pero da igual porque a veces repasar la historia es un ejercicio interesante y nos permite ver como en España hemos tenido “malos gobernantes” cuyo principal currículum ha sido el saber “estrujar a su prójimo ”. Los últimos ejemplos nos los han dado nuestros dos llamados «partidos mayoritarios» PSOE y PP ya que ambos también se han dedicado a la noble tarea de “estrujar al pueblo ”.

En la época de la llamada “izquierda progresista” tuvimos un gobernante llamado don José Luis Rodríguez Zapatero que se dedicó a derrochar el erario público con largueza y liberalidad, por lo que no tuvo más remedio que subirnos los impuestos. La derecha salvadora de la patria (PP) nos alertó (González Pons, septiembre de 2011) de que si en las elecciones de Noviembre de 2011 volvía a ganar el PSOE tendríamos más subida de impuestos y que los socialistas darían una «puñalada trapera por la espalda a la clase obrera», por eso una gran mayoría de españoles votó a don Mariano Rajoy que prometía “arreglar el país y no subir los impuestos” ya que, según él, en medio de una crisis económica eso era un «disparate». También nos dijo que: «los servicios públicos esenciales eran intocables»

Como el señor Rajoy es un digno descendiente de una familia conservadora de rancio abolengo y nieto de un nacionalista que redactó el Estatuto gallego en el 36, al que llamaban en Pontevedra «El del birrete» muchos españoles lo creyeron (tal vez porque desconocían que «birrete» quizás podría significar «embustero») así es que una vez ganadas las elecciones, este hombre hizo bueno aquel dicho de «donde digo Digo digo Diego» y así nos va.

Pero eso de “estrujan a los súbditos” no lo inventaron ni Zapatero ni Rajoy porque la tradición ya venia de antiguo. Concretamente en España tuvimos dos reyes llamados Alfonso VI y Fernando VII que practicaron la misma política

Alfonso VI en el siglo XI ya utilizaba la noble práctica de “saquear al prójimo» a través de un “negocio” heredado de su padre Fernando I de León. que había sometido a los reinos de Taifas de Toledo, Sevilla, Zaragoza y Badajoz obligándolos a pagar unos tributos anuales denominados “parias”

La formula era parecida a lo que ahora en el crimen organizado de Italia se llama “pizzo”, que es un “pago a cambio de protección” y los impuestos de aquel rey los pagaban los reinos de Taifas para que no se les robara sus cosechas, se prendieran a sus gentes o incendiaran sus ciudades.

La forma de “saquear al prójimo» que en el siglo XIX implantó aquel monarca absolutista llamado Fernando VII fue la del «abuso directo del mas débil«. Aquel rey se encontró con una España arruinada por la Guerra de Independencia y sin los recursos económicos de América ya que desde 1.810 se estaban desarrollando allí movimientos independentistas dirigido por la burguesía criolla (Bolívar, Sucre, San Martín, O´Higgins..). Para hacer frente a aquella ruina económica a aquel rey no se le ocurrió otra cosa que la de aumentar la presión fiscal a la burguesía y al campesinado devolviendo a la nobleza sus antiguos privilegios y eximiendo de pagar impuestos al clero.

Pero para cobrar tributos se necesitan recaudadores. Alfonso VI tenía uno llamado Rodrigo Díaz de Vivar (mas conocido como el “Cid Campeador”) que le cobraba “las parias» y Fernando VII otro llamado Basilio Antonio García y Velasco conocido como «Don Basilio el de Logroño» por los periodistas de la época, que se ocupaba de las bulas de la provincia de Soria. En la actualidad nuestro “recaudador de impuestos” se llama don Cristóbal Montoro, que es un señor que también nos dijo que “subir los impuestos en medio de una crisis económica era crear más paro” pero que luego nos los subió, aunque prometiéndonos en medio de risas que era solo una “subida temporal hasta Diciembre de 2013″

Y los reyes del pasado perdieron a sus recaudadores. Alfonso VI en el año 1079 por un incidente con El Cid cuando lo mandó a cobrar las parias al rey de Sevilla al-Motamid . El Cid ayudó a este rey contra otro de la Taifa de Granada llamado Abd Allah, que estaba apoyado por las tropas cristianas de García-Ordoñez, conde de Nájera y amigo personal del Alfonso VI. A ambos los derrotó y los encadenó durante tres días,y después de este incidente Al-Mutamid le hizo varios regalos personales al Cid, entre ellos a su famoso caballo Babieca lo que le sirvió de excusa al conde de Nájera, para denunciarlo ante el rey de haberse apropiarse de parte de los tributos de Sevilla y dando lugar a que Alfonso VI lo desterrara en el año 1081. En el caso del recaudador de Fernando VII García y Velasco lo que pasó fue que este hombre lo abandonó para pasarse a los sectores que querían como rey a su hermano menor Carlos María Isidro y así fue como «Don Basilio el de Logroño» se unió a la causa carlista en 1833.

En la actualidad, ni siquiera nos queda el consuelo de que nuestro “recaudador mayor del reino» termine desterrado o abandone a su señor como hicieron los recaudadores de aquellos antiguos reyes porque Montoro es sólo un comparsa de Rajoy especialista en lances «A toro pasado » para el lucimiento de su matador y no le pasará como al Cid que cuando fue desterrado los burgaleses a su paso se lamentaban con estas palabras: “¡Oh Dios, qué buen vasallo si tuviese buen Señor! (“Cantar del Mío Cid”) ni tiene la historia de valentía de «Don Basilio el de Logroño» que era un noble militar español que había luchado en la Guerra de la Independencia. Así es que no podemos ni soñar de que se vaya del PP y seguirá en la brecha «dándonos por saco» todo lo que pueda.

Al igual que aquellos dos antiguos reyes opresores, tanto el socialismo progresista como la derechona embustera siguen “estrujando a los más débiles” y da lo mismo que nos gobierne la derecha o la izquierda como muy bien reflejó D. Antonio Mingote (qepd) en aquella viñeta en la que un nieto le pregunta a su abuelo” ¿Hay que ser de derechas o de izquierdas? ” y el viejo le responde: “sobre todo lo que hay que intentar es no ser gilipollas”.