El proyecto lunar de la aerolínea Pan Am

Pan American World Airways (más conocida como Pan Am) fue una aerolínea estadounidense fundada el 14 de marzo de 1927 por Henry H. «Hap» Arnold que contribuyó marcadamente al desarrollo del transporte aéreo a nivel mundial mediante la inauguración de rutas pioneras transoceánicas, a través del Atlántico y del Pacífico. A principios de la década de los 70, era bien conocida por su eslogan «World’s Most Experienced Airline»(«La Aerolínea más Experimentada del Mundo») pero la empresa terminó en bancarrota en 1991 y dejó de operar formalmente el 4 de diciembre de aquel año.

Pero el dato menos conocido de esta compañía aérea es que la misma en los años 60, emitió unas tarjetas para viajar a la Luna. Fue en la época en la que en los Estados Unidos desregularon las aerolíneas y las mismas podían volar a cualquier lugar que desearan, así es que la Pan American World Airways apostó a lo grande y llegó a estar convencida de que algún día podría ofrecer vuelos regulares en una nueva ruta Tierra-Luna abriendo una lista de reservas para estos viajes a la que se apuntaron 90.002 personas que tenían una reserva para volar a la Luna e insistiendo en que su programa de reservas de vuelos a nuestro satélite no era un truco publicitario sino que la aerolínea ya había iniciado una serie de actividades relacionadas con el espacio que harían que en un futuro no muy lejano fuera natural que llevase turistas a nuestro satélite.

Tarjeta de reserva del club “Primeros Vuelos a la Luna” de Pan Am (Anverso)
Tarjeta de reserva del club “Primeros Vuelos a la Luna” de Pan Am (Reverso)

El club de Pan Am para volar a la Luna era un lista de espera para vuelos tripulados espaciales que aprovechó la fiebre que se creó en el mundo cuando el 20 de julio de 1969 el hombre llegó por primera vez a la Luna pero años antes esta mítica aerolínea estadounidense, ya había empezado a explotar la posibilidad de ofrecer vuelos hasta nuestro satélite como algo viable en el futuro y su club para volar a la Luna llegó a alcanzar los casi 100.000 socios aunque no se sabía cómo se iba a poder ir, ni cuándo.

Las tarjetas no eran transferibles y los titulares de las mismas deberían supuestamente presentarlas antes de poder comprar sus pasajes a la Luna. Aunque no se requerían depósitos para estas reservas, se dio el caso de un posible pasajero que estaba tan ansioso por asegurar su lugar en la fila que incluso llegó a enviar a la compañía un cheque de un millón de dólares, aunque el mismo no llegó a ser cobrado.

Todo empezó en el año 1964, cuando un periodista austriaco llamado Gerhard Pistor entró en una agencia de viajes de Viena e hizo esta sencilla propuesta:

Me gustaría hacer una reserva de ida y vuelta a la luna”, le dijo al agente al otro lado de la línea. El mismo, presumiblemente estupefacto por esta solicitud, decidió simplemente hacer su trabajo y le respondió: «¿Para cuántos pasajeros, por favor?«, “Para dos” respondió Gerhard . “Para mi esposa y para mí”. Aún no estaba casado, en aquella fecha y cuando le preguntaron el nombre de su esposa, les contestó que no lo sabía asegurando que lo diría para cuando saliera su vuelo. Tras esto la agencia, improvisó una respuesta y le contestó que el vuelo Tierra- Luna podría hacerse alrededor del año 2000 y aceptó la reserva para él y su futura esposa enviando aquella solicitud imposible a la aerolínea.

El inventor de la idea

Lo lógico es que aquella petición ni siquiera se hubiera considerado pero la misma atrajo la atención del entonces CEO de Pan American World Airways– en aquel entonces la aerolínea más popular del mundo– Juan Trippe un hombre notoriamente descarado y sediento de publicidad que vio una oportunidad de oro en aquella extraña solicitud. Así fue como ideó una brillante estratagema publicitaria que aprovechaba la creciente obsesión internacional por los vuelos espaciales tripulados y dicho y hecho: Pan Am decidió aceptar peticiones para reservar pasajes de vuelos comerciales de pasajeros a la luna y unas semanas más tarde, Gerhard Pistor recibió una tarjeta del Club “Primeros Vuelos a la Luna” por correo. Era su boleto para viajar a nuestro satélite.

Pan Am obtuvo una publicidad maravillosa con aquel Club «First Moon Flights«. Podías llamar y hacer una reserva para ir a la Luna y ellos te daban una tarjeta oficial que te ponía en cola para cuando la aerolínea hiciera viajes a nuestro satélite. En aquellos momento, Pan Am era el líder en vuelos globales, y el próximo paso debería de ser el viajar a la luna por lo que decidió promocionar aquel Club de «Primeros Vuelos a la Luna» en la radio y la televisión. Realmente era una idea ridícula porque la NASA no llevaría hombres a la Luna hasta cinco años más tarde y la promesa de hacer viajes lunares no era más que un bulo de marketing y una extensión absurda del optimismo tecnológico de la década de 1960 pero sorprendentemente con la carrera espacial de aquellos tiempos los posibles clientes empezaron a inscribirse en aquella lista de espera del club “First Moon Flights” de Pan Am que, supuestamente les daría alguna vez la oportunidad de ir al espacio. La verdadera avalancha se produjo después del éxito de la misión Apolo 8 el 22 de diciembre de 1968 y el alunizaje del Apolo 11 el 20 de julio de 1969. Durante aquellos meses, el concepto de un servicio programado para enviar pasajeros a la luna pasó rápidamente de la ciencia ficción al reino de lo posible.

El club finalmente cerró en 1971 y no todos los miembros a los que se les dieron tarjetas con un número, que era una indicación del lugar de cada uno en la lista de futuros viajeros a nuestro satélite conservan hoy en día sus tarjetas. William J. Kelly, un coronel retirado de la Fuerza Aérea tiene uno de los números más bajos (562) en esa lista de Pan Am y su esposa, LuCille, tiene el número 563.

La película 2001: Una odisea del espacio dirigida por Stanley Kubrick estrenada el 3 de abril de 1968 dio un gran impulso a esta idea cuando en unas escenas de la misma aparece un viaje a la Luna con el sonido de El Danubio azul en donde el Dr. Heywood Floyd viaja en un cohete que lleva la insignia de la Pan Am que hace la sugerencia de que esta importante aerolínea sería en un futuro la encargada de llevar pasajeros a la Luna.

El futuro cohete espacial de Pan Am para llevar pasajeros a la Luna

Aquel ficticio «Space Clipper» de Pan Am, adornado con el logotipo inconfundible de la aerolínea se acoplaba dentro de una gigantesca estación espacial a kilómetros de la Tierra y esa imagen sugirió la idea de que Pan Am viajaría a la Luna, convenciendo a más de un estadounidense de que el mismo era posible. La película “hizo que el futuro fuera fácil de imaginar” con los asistentes de vuelo preparando la comida y atendiendo a los pasajeros e hizo posible que algún día Pan Am volara con pasajeros de pago en el espacio como lo hacía en la misma hasta una estación espacial en órbita ilustrada de manera tan persuasiva en aquel film “2001 ”.

En verdad, Pan Am se adelantó a su tiempo. Para comprender los proyectos actuales de turismo a la Luna con personajes como Yusaku Maezawa y Elon Musk tiene sentido comenzar con aquel el programa lunar de Pan Am, que combinó en el mismo un sentido de ambición y grandeza con un conocimiento de marketing sin precedentes. Con su First Moon Flights Club, Pan Am sentó las bases conceptuales para el futuro turismo espacial, perfeccionando un idealismo que hoy se mantiene entre los gigantes modernos como Virgin Galactic , Blue Origin y Space X.

Fuentes:

Popular Mechanics

Smithsonian