El motor de agua de Arturo Estévez Varela

Hoy voy a empezar haciendo un pequeño homenaje a un pionero y visionario extremeño llamado Arturo Rufino Estévez Varela. Nacido en Valle de la Serena (Badajoz) en 1914, estudió Técnica industrial en Areneros de Madrid con el padre Caracciolo y como jefe de taller mecánico, perito industrial y jefe de fábrica comenzó a patentar inventos desde 1931 con la finalidad de solucionar de algún modo la vida del ciudadano medio español de aquellos tiempos- todo un logro considerando los medios de que se disponía en la época en que vivió- . Ya en 1950 patentó en EEUU un sistema de baterías solares para producir energía eléctrica cuando nadie hablaba de esto y a su fallecimiento había dejado 22 patentes registradas en España, algunas tan curiosas como la de un asador de pollos por rayos infrarrojos, una linterna de mano de carga continua o una máquina aventadora para limpiar cereales.

Arturo Estévez Varela obtuvo en 1972 la medalla de plata en la Exposición internacional de inventores en Bruselas. Algunos de sus inventos- según él mismo comentaba -llegaron a impresionar a la propia NASA (entonces estábamos en la primera etapa de los cohetes Saturno V) y uno de ellos era un supuesto método para recuperar aquellos cohetes y, así, poder reutilizarlos). Su invento nunca funcionó pero sí le dio bastantes “minutos de gloria” como puede verse en estos recortes de la prensa española de aquellos tiempos

Noticia publicada en el periódico “La Vanguardia” del viernes 1 de mayo de 1970 (página 9).
ABC SEVILLA 06-03-1970 página 32

El sueño espacial de Arturo Estévez Varela buscaba el poder recuperar piezas de cohetes espaciales con una especie de juego de hélices «autogiro» en la parte más elevada del mismo. A este sistema, que interesó a los técnicos de la NASA y con los que finalmente estableció contacto, lo denominó “plano ala” registrándolo con la patente española ES-0371764, de 1969, titulada «Un plano ala dividido en tres partes, una parte productora de fuerza motriz, otra de sustentación y la tercera de estabilización», en cuya descripción aquel inventor planteaba lo siguiente:

…era necesario reunir en el sistema un medio automático de frenado y paralización casi total, en la atmósfera, del objeto a recuperar y que el mismo se automotrice operándose en él la energía necesaria sin necesidad de gasto de combustible alguno. Después de innumerables pruebas conseguí un medio que nos proporciona la energía suficiente para desarrollar el movimiento de rotación necesario en cada caso de todo el sistema de estabilización. Y que este movimiento se pudiera acelerar, retardar y frenar, cuando interesara a los encargados de la recuperación, bien sea esta ordenada desde el centro de recuperación o desde dentro del vehículo cuando este sea tripulado. Para los no tripulados la manipulación de frenado y recuperación se hace electrónicamente…

Uno de los esquemas de la patente ES-0371764 de Estévez Varela. (A) Plano-ala motriz. (B) Plano-ala adaptable de sustentación y control. (C) Plano-ala adaptable de frenado

Este fantasioso proyecto aeroespacial le dio bastante popularidad aunque tuvo poco éxito y le dio impulso para su creación estrella, aquella que le proporcionaría la fama. Fue el ‘motor de agua‘, que, lejos de enriquecerle, le supuso unos enormes gastos ya que, en su momento, cifró los mismos en 9 millones de pesetas Su idea era la de mover un motor a base de agua corriente y en 1971, presentó su invento y para la promoción de su funcionamiento, aquel inventor extremeño realizó el mejor marketing posible por aquel entonces: recorrer gran parte de la península ibérica personándose en un gran número de municipios en los que hacia demostraciones con un ciclomotor de cuatro tiempos y 47 centímetros cúbicos al que se le había sustituido el depósito de gasolina por el generador de hidrógeno de su invención. Con un botijo bebía un trago de agua, y el resto lo echaba en el depósito de aquella moto en la que usaba unas piedras, cuya sustancia mineral nunca reveló. El inventor extremeño arrancaba el motor y se paseaba con aquel ciclomotor, tal y como se puede observar en las grabaciones del NO-DO

En realidad, como insistía en precisar, no se trataba de un motor de agua, sino de un generador de hidrógeno a partir del agua que se suministraba junto con un reactivo cuya composición Estévez nunca reveló. Según afirmaba, con dos litros y medio de agua y un kilo de su «producto secreto» se conseguían tres metros cúbicos de hidrógeno. «Es decir, tantas calorías como las que producen nueve litros de gasolina de 96 octanos. Pero mi hidrógeno cuesta menos de diez pesetas», declaraba Arturo Estévez en una de sus entrevistas

Arturo Estévez durante una de las demostraciones de su invento – ARCHIVO ABC
Generador de hidrógeno de Arturo Estévez Varela no(1970)

El señor Estévez afirmaba que su invento era muy elemental: su principio se basaba en una de las distintas formas de descomposición del agua en sus elementos componentes ( hidrógeno y oxígeno) con dos electrodos que se conectaban uno al polo positivo y otro al polo negativo de una batería. El positivo producía , por cada litro de hidrógeno, medio de oxígeno y en el negativo se obtenía el hidrógeno que pasaba directamente a un gasificador que era el alma del funcionamiento de su motor. Con 4 litros de agua, un coche podría circular unos 900 kilómetros, según afirmaba.

Diario “Información” Jueves, 1 de Octubre 1970

Según declaraba Estévez al diario ABC, la arena, por él inventada, mezclada con un 20 por 100 de carbón de piedra y tratada en un horno especial a una temperatura de 1.800 grados, daba como resultante una pasta que introducida en el generador con la debida proporción de agua, producía el hidrógeno, con el que se movía el motor. Pero aquel invento no logró la acogida que su inventor esperaba, y este, en el año 1972 llegó a reclamar la atención de las autoridades energéticas de la época, tal y como recogía textualmente el Diario ABC con esta nota: «El pasado día 12 de mayo (de 1973) Arturo Estévez dirigió a la Comisión de Industria del Congreso de Diputados el siguiente telegrama: Señores les ruego me digan cuándo tomarán en consideración mi generador de hidrógeno y vapor y tengan en cuenta que producir 250.000 Kg. de H2 y 1.700.000 Kg. de vapor a la presión que nos interese cuesta 9.000.000 de pesetas. Sólo los 250.000 Kg. de hidrógeno tienen el mismo poder energético que un millón de kilos de gasolina. Terminaríamos con el paro, con la angustia económica y con la polución. Esto lo demuestro prácticamente».

Según él afirmaba con su invento, los automóviles, se caso de accidente, no corrían ningún peligro de incendio, porque la acumulación de hidrógeno no superaba nunca los cien centímetros cúbicos, sin posibilidad de inflamarse debido a su gran volatilidad y en relación a su invento, el señor Estévez declaraba que con el mismo se hacía más económico el transporte, ya que un coche, rodando con este dispositivo, no gastaría más de una peseta por cada 100 kilómetros con un método de combustión que no intoxicaba lo más mínimo al medio ambiente. Arturo Estévez Varela en un principio donó su invento y la patente al Estado Español y para la humanidad.

Cuando las noticias sobre aquel motor de agua del extremeño llegaron a oídos de Francisco Franco, este encargó un análisis técnico y científico del mismo a un grupo de ingenieros lo analizaron sacando conclusiones negativas, afirmando que el material secreto de Estévez Varela era boro por lo que el dictador desistió del proyecto afirmando que “ya se ha hecho bastante el ridículo”. Incluso el entonces ministro de Industria español dijo en 1971, que aquel «motor de agua era una broma».

Con estos fracasos Estévez Varela no llegó a comercializar su invento, y alrededor del mismo surgieron diversas acusaciones de fraude, que ponían en duda que realmente se lograse hacer funcionar un motor con agua. También surgió una «leyenda negra» que hablaba del complot que en aquella época pudieron hacer las empresas energéticas y petroleras, rumoreándose que podrían haber comprado la patente de este invento para silenciarlo e impedir que se hundiese su negocio y sus ganancias pero esto no es cierto porque la realidad es que en la Oficina de Patentes y Marcas del Ministerio de Industria de España no existe referencia alguna al «motor de agua» de Arturo Estévez.

El Pueblo gallego rotativo de la mañana Num. s.n. 09-10-1970

Sin embargo el 9 de Diciembre de 1970, en el periódico «El Pueblo Gallego» se publicaba la noticia de que : «El motor de agua queda en España«. En ella se decía que «un grupo de hombres de negocios de Barcelona acababa de constituir una sociedad que se encargaría de fabricar en serie su generador de hidrógeno , para ponerlo en venta en España y en todo el mundo«.

¿Qué había pasado? Pues que ante el desinterés del régimen Estévez Varela que seguía repitiendo lo de que «mi invento no puede fallar» consiguió vender la mitad de los derechos de utilización de su motor de agua a un empresario llamado José Carrera Rey. Por esta transacción el inventor cobró por la mitad de los derechos de utilización de su invento cerca de seis millones de pesetas e inventor y comprador afirmaron tener prevista una presentación de aquel motor de agua a la prensa especializada,

Una de las crónicas de ABC tras la denuncia presentada contra el inventor

Pero aquello nunca ocurrió y Estévez Varela tras un período de gran actividad con presentaciones por toda España y frecuentes apariciones en los periódicos desapareció de la escena pública y nada volvió a saberse de él ni de su «invento mágico» por lo que tras asegurar que no tenía noticias de él, Carrera Rey le interpuso una querella asegurando además, según la denuncia, que el motor de su invención no funcionaba con agua.

La Vanguardia martes, 23 julio 1974, página 27

Así fue como en 1974 se dictaba un auto de procesamiento contra Estévez Varela. Según el periódico «La Vanguardia» del 23 de Julio de 1974 «el inventor había desaparecido» y en la noticia también se nos contaban que: «existían supuestos indicios racionales de criminalidad y poder ser los hechos realizados por el inventor, constitutivos de un delito de estafa ». El auto de procesamiento fijaba en 25.000 pesetas la fianza que debería pagar y en seis millones de pesetas, la garantía de responsabilidades pecuniarias que pudieran resultar. Ese mismo día el diario «Diario de Burgos» también se hacía eco de la misma noticia.

Diario de Burgos de avisos y noticias Año LXXXIV Número 25719 – 1974 julio 23

Pero todo acabó en nada porque el 17 de Agosto de 1978 el periódico «ABC», nos hablaban de la resolución de aquel juicio: según sentencia de 2 de diciembre de 1977 de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Barcelona los señores magistrados absolvieron a Arturo Estévez Varela al estimar que en el ánimo del mismo no hubo engaño ni fraude ya que inventor creía en su invento. Y así termino aquella la aventura judicial. El periódico «ABC» del 10 de marzo de 1979 nos decían que efectivamente, parecía que todo había degenerado en un torpe engaño en el que cayeron algunos incautos.

¿Era realmente Arturo Rufino Estévez Varela un estafador? Aunque desapareció de la escena pública y nada volvió a saberse de él ni de su «invento mágico» la realidad- según se supo años más tarde, es que su motor de agua realmente funcionaba, ya que hacía reaccionar agua con boro para producir el hidrógeno necesario. Tan solo tenía un problema, por el que probablemente fue rechazado en su día: el coste del boro, era, y sigue siendo, superior al del petróleo. En condiciones ordinarias en la Tierra no se puede extraer energía química del agua por sí sola, y hacerlo mediante aditivos resulta ineficiente y caro.

Por Internet se mencionan unos trabajos de investigadores israelíes que,presuntamente, estarian desarrollando la idea de Estevez para lograr un motor que funcionase con hidrogeno. No es la primera ni la unica investigacion que hay en marcha para lograr motores propulsados por hidrogeno; las principales marcas de automoviles -desde Honda hasta Ferrari– ya trabajan en prototipos, y esta tecnología ya se aplica desde hace tiempo con buenos resultados y aunque no parece que tales maquinas vayan estar en los concesionarios en breve al final tal vez D. Arturo Rufino Estévez Varela deba de ser rehabilitado algun dia. Puede que fuese un visionario, tal vez un charlatan pero que no se le puede negar es que no le faltó coraje para lanzarse a investigar en terrenos adversos y España necesita a hombres como él que sepan buscarse la vida por los pueblos con una moto y un botijo.

Fuentes:

Juan José Rodríguez: ARTURO ESTÉVEZ VARELA ”El hombre que inventó el motor de agua»

Un comentario

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