En mis tiempos de juventud aun recuerdo a aquella actriz tan sexy llamada Marilyn Monroe, pero lo que no sabia era que «su escote» había sido censurado. La palabra censurar es un verbo transitivo que define el poder que ejerce un estado para prohibir, algo que no se ajusta a determinados planteamientos políticos, morales o religiosos.
La censura franquista de mi juventud se dedicaba por entero a la moralidad pública. Se dictaban reglamentos de decencia, se prohibían las faldas y las mangas cortas a las mujeres para entrar en las iglesias ( también me acuerdo de que debían entrar con velo) y estaba prohibido eso que decía Sergio Dalma de «bailar pegados«; cuando iba a la piscina tenía que esperar a que salieran las chicas porque en los recintos de baño de mi juventud estaba establecida la separación de sexos (hombres y las mujeres entraban en turnos diferentes). También recuerdo- aunque yo era pequeño- que en 1952 se celebró en Valencia el I Congreso pro moralidad en las playas y como la censura llegaba a todos los sitios, desde la prensa hasta la radio pero la que mas recuerdo es la censura cinematográfica.
El 5 de noviembre de 1938 (yo aun no había nacido) se publicó en el Boletín Oficial del Estado una Orden del entonces Ministro del Interior, don Ramón Serrano Suñer, por la que se establecía la censura cinematográfica en España a través de la Comisión de Censura Cinematográfica y la Junta Superior de Censura Cinematográfica, ambas dependientes del Ministerio de Interior. Así es que yo nací con la censura y vi como la Jerarquía Eclesiástica participó activamente en la misma.
Aun tengo un vago recuerdo de cuando se clasificaba las moralidad de las películas por un código numérico ascendente. Las películas clasificadas 1 eran las autorizadas para todos, incluso para niños, las 2 estaban autorizadas para jóvenes, las 3 eran para las personas mayores, las 3-R para mayores, con reparos y las películas clasificadas con un «4», eran las gravemente peligrosas. Naturalmente cuanto más alta era la calificación moral mas atraían al público.
De las películas «peligrosas», hubo dos que la rígida censura intentó cercenar y ambas eran de aquella actriz italiana que se llamaba Silvana Mangano.La primera se llamaba «Arroz amargo» y se estrenó en España el 4 de marzo de 1954, seis años después de su presentación en 1949, eso sí, plagada de cortes y con una campaña de condenas y prohibiciones moralistas, porque aquella actriz aparecía con sus esculturales piernas sumergidas en un arrozal. La vi algunos años después y «nunca entendí su peligro» pero volvió locos a los hombres de la censura post franquista de España.
Un año antes (1953) se estrenó de la misma actriz un melodrama de 1951 del director, Alberto Lattuada. Era la película, Anna que también me perdí, pero que fue también clasificada como «4». ¿La razón? Pues su famosa «escena del Bayón» que era un género musical brasileño, que se puso de moda en la década de los 50. Silvana Mangano dejó un recuerdo imborrable a los españoles de aquel tiempo con aquel Bayón doblado al castellano como “El negro zumbón”.
Las salas de proyección de aquellos tiempos y para atraer al público anunciaban: «la escena del bayón se pasará dos veces» lo cual se hacia después de mostrar la escena, luego se rebobinaba la película y se repetía la exhibición. Fue muy sonado un escándalo ocurrido en Chipiona con esta película.
Tampoco la pude ver hasta muchos años más tarde, pero en 1953 los niños aunque no podíamos ver el «el Bayón de Ana» si que cantábamos su estribillo: «Tengo ganas de bailar un nuevo compás.Dicen todos cuando me ven pasar ¿Chica, dónde vas? Me voy p’a bailar ¡El Bayón!«
Conforme me fui haciendo mayor descubrí que en la España de mi juventud muchas escenas de las películas desaparecían por pícaras, irreverentes, o por aspectos de su diálogo comprometidos con el régimen y cualquier autoridad, del ramo estaba facultada para prohibir cualquier film o cortar sus escenas atrevidas. Llegaron a cometerse atrocidades como cuando en 1953 se estrenó aquella película de John Ford llamada Mogambo en la que Grace Kelly se enamoraba de Clark Gable, Fue muy comentada la metedura de pata de la censura de alterar el doblaje para ocultar que Grace iba a cometer adulterio con Gable porque en el guión estaba casada con el actor Donald Sinden. La solución fue convertir en hermanos a aquellos personajes ya que el adulterio en aquella época estaba tipificado como delito en el código penal, Eso si, eran unos hermanos muy cariñosos.
En 1961 cuando ya era suficientemente mayor se estrenó Viridiana, de Luis Buñuel y esta película fue elegida para representar a España en el Festival de Cannes. Allí obtuvo la Palma de Oro y el entonces director general de Cine y Teatro, don José Muñoz Fontán, fue a Cannes a recoger aquel premio, manifestando que lo hacía con mucho gusto por ser una película española y porque en aquel festival se estaba «premiando al cine español» . Luego salieron las críticas del Vaticano publicada en el L ́Osservatore Romano, considerando que aquella película era blasfema y violentamente anticristiana, y allí se acabo la cosa. El director general de Cine y Teatro fue destituido fulminantemente y se prohibió la misma y toda mención a su premio siendo declarada oficialmente como inexistente. No llegó a España hasta el 9 de abril de 1977.
Me perdí mas cosas. Por ejemplo aquella película de 1969 donde una joven Carmen Sevilla hacia un número musical ‘picante’ con un gatito en la película ‘La guerrillera de Villa‘
Y con el paso de los años vi que en el teatro pasaban cosas parecidas. En una obra de Pemán donde figuraba una anotación del director que decía: «se besan apasionadamente» el censor tachó la ultima palabra. El propio Pemán contó que en una fiesta de la Vendimia de Jerez dedicada a Gran Bretaña llegaron unas instrucciones de Madrid con este texto: «que no se nombre a Shakespeare ni a ningún otro personaje ingles» ( tal vez por «el asunto de Gibraltar») y el gran Vizcaíno Casas también recordó que en una comedia suya figuraba la frase: «No estoy nada satisfecha con el novio de mi hija, es sólo teniente de artillería» y la censura le tachó la palabra «artillería«. Por fin mediante el Real Decreto 3071/1977 de 11 de Noviembre publicado en el B.O.E. de 1 de diciembre de 1977, el primer gobierno del presidente Adolfo Suárez suprimió la censura definitivamente.
Lo triste es ver que en mi vejez «aún sigo amordazado«. Tras tras la abolición de la censura cinematográfica he podido recuperar las películas que me robaron en mi juventud, con versiones remasterizadas de ‘Mogambo‘, ‘Doctor Zhivago‘, ‘Casablanca‘, ‘A Clockwork Orange‘, ‘Tarzán‘, ‘Treasure Island‘, ‘Solomon and Sheba‘, ‘An American in Paris‘, ‘The Godfather‘, y ‘Psicosis‘ pero hace tres días mi gobierno acaba de confirmarme que SIGO SIN LIBERTAD . Me refiero a la nueva Ley de Seguridad Ciudadana o como se ha dado a conocer entre la gente, la Ley Mordaza que entró en vigor el pasado 1 de Julio
Podré ahora ver películas completas sin cortar pero no podré hacer otras muchas cosas. Por ejemplo, no podré solidarizarme con un desahucio, no podré usar la cámara de mi movil si hay un policía cerca, no podré compartir las protestas en las redes sociales ni discutir con un policía aunque agreda mis derechos. Ver mas aquí Leída la nueva Ley veo que las cosas van a cambiar, y mucho (a peor) en el tema de las libertades en España y creo que terminaré mis días igual de amordazado que en mi juventud.
Lamentablemente Harry S. Truman tenía razón. Siempre que haya Estado existirá algún tipo de censura. Para eso elegimos a nuestros gobernantes.
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Formidable! Me ha encantado. Me ha recordado a un libro divertidísimo sobre la censura franquista q perdí por prestarlo («libro prestado, perdido o estropeado») y q se llamaba «Coitus Interruptus», de Juan Eslava Galán, hoy por desgracia descatalogado. La ley mordaza es un atentado contra la libertad del ciudadano y espero, lo espero de verdad, que justo castigo reciban aquellos q la han respaldado.
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No puedo estar mas de acuerdo contigo, querida Nata
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