A propósito de la presentación en España del último programa de televisión gastronómico denominado «MasterChef Celebrity» que busca al mejor cocinero entre personajes famosos hoy vamos a ver si podríamos meter en esa competición a aquel gran personaje histórico llamado Leonardo da Vinci: un gran genio escultor, matemático, dibujante, físico, ingeniero e inventor y del que también se afirma que fue un gran cocinero.
Todo se debe a un curioso bulo (también llamado “hoax” en inglés) que nos habla del descubrimiento en 1981 en el museo de l’Hermitage en San Petersburgo de un supuesto códice de nuestro personaje llamado “Codex Romanoff”. Los códices de Leonardo vienen de la costumbre que él tenía de llevar encima libretas en las que iba anotando bosquejos y observaciones sobre cualquier cosa que despertara su curiosidad y escribió tantos que es fácil atribuirle «nuevos», pues a su muerte acaecida en 1519 dejó todos sus manuscritos a su fiel discípulo y amigo Francesco Melzo. Tras la muerte del mismo se produjo la primera dispersión de estos códices y a finales del siglo XVI, Madrid se convirtió en el lugar donde se concentraba el mayor numero de ellos ya que Pompeo Leoni, un escultor de la corte española, había conseguido coleccionar hasta 50 manuscritos y unas 2.000 hojas dispersas lo que suponía una imponente colección a la cual se sumarian las 283 hojas (Códice Arundel) adquiridas probablemente en España por el inglés lord Arundel y los códices descubiertos en 1966 en la Biblioteca Nacional de Madrid.
Pero el “Codex Romanoff” no está en el museo de l´Hermitage ni en ninguna otra parte porque simplemente no existe. Se trata de un libro imaginario, completamente falso cuyo origen viene de un titulo en inglés, llamado “Leonardo´s kitchen note books” que fue escrito en Inglaterra por una pareja de historiadores llamados Shelagh y Jonathan Routh, sin otra intención que la de divertir a sus lectores. Tan claro había sido su propósito que lo presentaron a la prensa justo el 1 de abril de 1987 que allí es precisamente el día de los inocentes, (“The fool´s day”)
En aquel libro se presentaban una amplia gama de bocetos y dibujos de Leonardo a los que se relacionaba con alimentos y diversos útiles de cocina. El manuscrito original descubierto era-supuestamente- una libreta en la que aquel artista diseñaba inventos de curiosas máquinas culinarias. Veamos algunos de los dibujos de Da Vinci y las curiosas interpretaciones dadas a los mismos en aquel falso «Códice Romanoff»
La picadora de vacas gigante
En el texto original del Códice se dice : «La picadora de vacas gigante de Leonardo. Uno de los diseños similar a los de la Windsor Collection en Inglaterra, copiado por el discípulo de Leonardo, Francesco Melzi, del original de su maestro, que estaba en el Palacio Real de Turín, y que ahora ha sido trasladado a la Biblioteca Trivulziana de Milán»
En realidad se trata de su famoso diseño del año 1490 del «Tornillo Aéreo«, uno de los más famosos de Leonardo, y considerado como el estudio más antiguo de un helicóptero basado en el principio según el cual un tornillo sin fin unido con pernos a un eje de rotación tiende a levantarse en el aire si se hace girar rápidamente.
La batidora gigante
En el texto original del Códice se dice: «La batidora gigante de Leonardo tenía la desventaja de operarse desde el interior y el desventurado operario corría el constante peligro de ahogarse en la crema o lo que fuera que se estuviera batiendo»
En realidad se trata de su «Estudio para maquina voladora» realizado entre 1486 Y 1490 que corresponde al Manuscrito B, Fol. 8or de la Biblioteca del Instituto de París. Se trata de una máquina voladora, con múltiples poleas, en la que el operario intenta hacer batir las aspas reproduciendo el movimiento de las alas de los pájaros.
También en aquel manuscrito Leonardo nos mostraba su interés por el arte de cocinar y en el mismo se le atribuyen cosas tan peregrinas como nada más y nada menos que la invención del bocadillo y no sólo esto sino que el señor Da Vinci se permite hacer jugosos comentarios sobre los buenos modales en la mesa.
Esta broma originó que en 1999, se publicase un libro llamado, «Notas de cocina de Leonardo da Vinci» escrito por un supuesto Jonathan Routh y que fue publicado por editorial Planeta (ISBN 9788484604938)
El libro llevaba el aval de Jose Carlos Capel, uno de los críticos gastronómicos con mayor prestigio de España, y que estuvo a cargo de su edición española pero él mismo desveló en el año 2011 que todo fue una broma.
Da Vinci fue un hombre muy polifacético y se sabe que su padrastro Accatabriga le fomentó el gusto por los dulces y la cocina en general. Se cuenta que trabajó como jefe de cocina en una taberna llamada «Los Tres Caracoles» situada al lado del puente Vecchio de Florencia y que después se asoció con el también pintor Sandro Boticelli, en una nueva cantina. Su interés por la cocina se acentuó cuando estaba pintando «La Última Cena» ejecutada entre 1495 y 1597 en una pared del refectorio del convento dominico de Santa Maria delle Gracie en Milán ya que antes de comenzar a pintarla pasó varias semanas en la cocina de una abadía para resolver sus dudas sobre qué utensilios podrían haber utilizado estos comensales. Desde esta web podemos tener una guía sobre esta pintura mural de da Vinci.
Pero pese a todos sus estudios gastronómicos Leonardo da Vinci no fue nunca un MasterChef y su mayor fracaso vino cuando en 1502 , después de haber trabajado durante varios años para Ludovico Sforza, duque de Milán, entró al servicio de Cesar Borgia como ingeniero militar, para la construcción de las fortalezas papales y este lo requirió en una ocasión para «un trabajo especial» en una cena que daba el papa Alejandro VI junto con sus hijos Cesar y Lucrecia al cardenal Franco Minetto. Aquel era un hombre recto que estorbaba a los Borgia y había que eliminarlo sin levantar ninguna sospecha. El encargo a Leonardo fue el de preparar un veneno que no fuera percibido por los «probadores de comidas» que estaban al servicio de la nobleza eclesiástica y que eran unos personajes con una sensibilidad especial para detectar cualquier veneno que estuviera disimulado dentro de una comida o bebida. Además aquel veneno debía de ser de efecto retardado para que el cardenal no muriese en la misma mesa. Leonardo se puso mano a la obra y su «invento funcionó» porque aquel cardenal murió pero de una manera tan curiosa que podemos considerarlo como un absoluto fracaso. La curiosa historia se cuenta muy bien en este enlace.
Así es que, aunque Leonardo da Vinci, fue un genio absoluto con logros muy notables nunca fue un MasterChef y estoy seguro que Pepe Rodriguez, Jordi Cruz y Samanta Vallejo-Nágera no lo dejarían seguir hoy en día en sus cocinas
Fuentes:
Juan Ignacio Cuesta «La vida secreta de los Borgia«- Madrid : Espejo de tinta, 2006.
Francesca Debolini «Leonardo : un hombre universal en los límites extremos de la mente y
del arte«.- Madrid : Electa, D.L.2003.
LEONARDO DA VINCI. Escritos literarios.- Madrid : Tecnos : Alianza, 2005
LEONARDO DA VINCI. Notas de cocina..- Madrid : Temas de hoy, 1993.
Muy interesante la anécdota del «envenenamiento del gato» y la raspa del pescado en la garganta del Cardenal.
Un abrazo Manolo.
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