Ya ha comenzado la campaña de las elecciones andaluzas y el candidato del PP don José Manuel Moreno Bonilla en la primera jornada de la misma nos ha planteado cual es su estrategia de campaña, que no es otra cosa que la de apelar al miedo de sus potenciales votantes con esta frase para la historia: ‘No se vayan a aventuras, no experimenten, elijan el voto seguro y práctico‘.
Y nuestro presidente del Gobierno, don Mariano Rajoy, que sabe que tiene un «enorme agujero de votos»- según indican los sondeos- en esta Comunidad y que también es consciente de que una debacle del PP en esta elecciones sería un lastre para su candidatura en las próximas elecciones generales, ha decidido venirse para Andalucía con el fin de reforzar la campaña de «su candidato«, anunciado además que visitará esta la comunidad cuatro o cinco veces durante las dos semanas que durará la campaña electoral.
No voy a cuestionar las decisiones de don Mariano pero mucho me temo que su presencia en Andalucía, mas que ayudar a su candidato lo que puede hacer es el «empeorar su situación» y digo esto, porque a nuestro ilustre Presidente no se le ha ocurrido otra cosa en primer mitin de campaña, celebrado el pasado viernes en el polideportivo José María Ruiz Mateos de Jerez de la Frontera (Cádiz) que para pedir el cambio de gobierno en Andalucía después de 32 años de mandato del PSOE sacar su lado chulesco y atacar al contrario. Veamos algunas ‘perlas’ de su discurso:
UNO.- ‘El cambio no son los doctrinarios de 1917‘ (en alusión a Podemos) ‘ni la nada‘ ( en alusión a Ciudadanos).
DOS.- ‘Agradezco a mi partido que se me invite, me pongo muy contento y orgulloso. A mí no me piden, como a otro, el pasaporte yo estoy siempre invitado, estoy en mi casa y muy agusto‘ (en alusión a su futuro rival en las generales don Pedro Sánchez, que sólo tiene previsto ir a Andalucía en dos ocasiones).
Señor Rajoy, voy a recordarle una vieja historia. Hubo a finales del siglo XVIII un labriego sevillano, a quien no yéndole bien las cosas en el campo quiso probar fortuna «echándose al monte«. Debido a su buen natural cargaba su carabina «con cañamones y sin pólvora» por lo que cuando se metió a atracador nadie se lo tomaba en serio. Así es que tuvo que dejar el bandidaje, y de vuelta a su pueblo la gente hizo chanza de él, y se lo tomó a chirigota, naciendo el dicho de que «eres como la carabina de Ambrosio» que se emplea cuando nos mofamos de alguien que se dedica a enseñar los dientes sin morder; a amagar sin dar, y a adoptar actitudes de fiereza sin tener agallas para ello.
Entiéndame don Mariano- nada más lejos de mi intención que ofenderlo-porque Ambrosio fue un personaje histórico que no era tonto, sino tan solo incapaz de hacer daño. Su problema fue que se pasó un poco cuando comprobó que no era capaz de llevar a cabo sus bravatas. Por eso cuando un individuo nos promete el oro y el moro y sabemos que «sólo habla de boquilla» decimos que es como «la carabina de Ambrosio«
Si me lo permite señor Rajoy, voy a darle un consejo. Creo que lo mejor para usted es que se quede en Madrid con su plasma y no se venga para Andalucia, porque los andaluces lo tienen ya muy calado y saben que Su Señoría es lo mismo que «la carabina de Ambrosio«. Así se evitará además el cargar con la reputación de bobo que este calificativo a veces también lleva implícito.