Ayer leía la noticia de que un «consejero senior» del Kremlin, Sergei Glazyev, que también es consejero económico de Putin, había manifestado que Rusia podría responder a las amenazas económicas norteamericanas «abandonando el dólar como moneda de reserva y no devolviendo los préstamos a los bancos norteamericanos»
Independientemente de que con el tema de Ucrania hayamos vuelto a aquella vieja tensión USA-URSS de la llamada «guerra fría«, el tema de la moneda llamada «dólar» se le ha ido de las manos a los americanos y parece que Putin «lo quiere aprovechar«. Un momento muy oportuno porque las tensiones económicas de comienzos del milenio poco a poco han ido erosionado la «confianza en el valor del dólar» y alterando la composición de las reservas internacionales.
Antiguamente el libre comercio entre los países estaba concebido bajo «el patrón oro» por lo que un país no podía «vender» sus productos a otro si este «no le compraba a él los suyos » ya que «había que pagar en oro«. Por eso los países intercambiaban «bienes por otros bienes» y las pequeñas diferencias entre sus precios «se liquidaban en oro«. Por ejemplo, a principios del siglo pasado, Colombia y México podían exportar café a Alemania porque Alemania, a su vez, le vendía maquinaria a ellos, o sea que cada operación de comercio internacional se basaba en «la realidad económica de cada país» y bastaba una pequeña cantidad de oro para ajustar el equilibrio. De esta manera, el comercio internacional estaba limitado por el volumen de las compras mutuas entre las partes, ya que se equiparaban las diferencias «pagando en oro«.
Pero el 15 de agosto de 1971 llego un Presidente norteamericano llamado Richard Nixon
Este Presidente decretó unilateralmente «la eliminacion de la convertibilidad del dólar en oro«. Desde ese momento, «todo se pudo pagar en dólares» y Estados Unidos pudo comenzar a imprimir la cantidad de billetes de dólares que le dio la gana», y una cosa que era imposible de hacer bajo el «patrón oro» se hizo perfectamente posible bajo el «patrón dólar«. Así fue como la deuda de EE.UU. empezó a crecer sin parar hasta llegar a unos límites tan peligrosos que hicieron que el pasado 16/10/2013, el Congreso estadounidense tuviera que aprobar medidas extraordinarias para limitar la amenaza de una «suspensión de pagos» de Estados Unidos.
La deuda de EE.UU ésta fuera de control y pronto «será impagable«. Se cifra ya la deuda pública estadounidense en 16.7 billones de dólares y si a esto le añadimos la «deuda privada» de sus hogares y empresas posiblemente lo que deben los americanos podríamos multiplicarlo por 10 y ascendería a 167 billones de dólares. Una mareante cifra que ya supera el 20% del Producto Interior Bruto (PIB) de todo el Mundo y que se acerca a un punto de no retorno, a partir del cual ya «no podrá devolverse«.
Poco poco se observa una progresiva caída de confianza del mundo en el billete verde americano y desde los años ’80, el mismo esta siendo desplazado por el marco alemán, y en menor medida por otras monedas como el euro.
A mediados del 2009 el euro ya representaba más de la cuarta parte de los activos externos del mundo, y la proporción de dólares en la primera década de este siglo ha ido bajando desde el 72% al 63% y a eso hay que unirle que desde el año 2002 la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) viene alertando sobre la «debilidad del dólar»
Porque un sistema monetario internacional que tiene como base una divisa respaldada por la «débil salud» de la economía del país que representa, tiene poco futuro y poco a poco el dólar se va depreciando con respecto a otras monedas. Por eso Vladimir Putin, ya «ha tirado la primera piedra» y cree llegada «la hora de su venganza» desde que nos dijo aquella famosa frase suya de que: «lo que sucede con EE.UU es que es un país parásito que vive a costa de la economía global del resto del Mundo«.
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