El pasado miércoles día 11 un grupo de 20 jóvenes asaltaron el Centro Cultural Blanquerna en Madrid de la Generalitat catalana con palos y con la cara cubierta, rompiendo la puerta, derribando estanterías y lanzando botes de humo. La asociación «Alianza Nacional» española es la que esta detrás de este resurgir español de «la noche de los cristales rotos»
En España, desde la muerte de Franco se han desarrollado grupos pro-nazis ( recordemos a aquel de Blas Piñar llamado «Fuerza Nueva» ) con cierta tolerancia en los medios de comunicación. «Alianza Nacional» no es una excepción y el pasado lunes, el programa estrella de Intereconomía de «El gato al agua‘, le concedió una entrvista a su fundador Pedro Pablo Peña que nos explicó que no hubo tal asalto sino una «entrada perfecta en un local» para evitar que se produjese un acto «antijurídico e ilegítimo«, en alusión a la celebración de la Diada»
El «Neonazismo» desgraciadamente está muy vivo. Sus raíces históricas se encuentran en las disposiciones tomadas por el III Reich antes de su derrota definitiva para guardar importantes sumas de dinero con las que proteger a algunos de sus jerarcas y reorganizar aquel movimiento. Así fue como surgieron aquellas organizaciones secretas, llamadas ODESSA y Die Spinne (‘la araña’ en alemán) con el protagonismo de aquel ex oficial de las SS y ex dirigente de las Juventudes Hitlerianas Karl Heinz Priester
Y desde la década de los 50 estas organizaciones de carácter racista y antisemita con sus símbolos de la esvástica, la cruz celta y las runas se han desarrollado profusamente. En Alemania el partido nazi más conocido es el Partido Nacional-Democrático, (NPD-(Nationaldemokratische Partei Deutschlands),y existen réplicas por todo el mundo como aquel Grupo de Montevideo autodenominado «Euroamerikaner» o aquel movimiento argentino llamado «Partido Nuevo Triunfo,» presidido por Alejandro Biondini o el «Movimiento Nacional-Socialista de Chile» (MNSCH) que fue el primer partido nacional-socialista creado fuera del área germánica europea pero «el premio gordo» se lo llevan en Grecia esa panda de chalados del partido llamado «Amanecer Dorado» que el viernes pasado en el Parlamento de Atenas se pusieron a volver a gritar aquello de «Heil Hitler«.
¿Qué sentido tiene recordar a Hitler» sesenta y ocho años después de su muerte? El único «mérito» este hombre para pasar en poco menos de quince años de la más absoluta oscuridad a detentar todo el poder de la Alemania fue tan sólo el «estar en el lugar adecuado en el momento adecuado» y tuvo la inmensa suerte de vivir en unos tiempos históricos donde tras la su derrota en la Primera Guerra Mundial el pueblo alemán, frustrado por las intromisiones extranjeras y su precaria situación económica buscaba un jefe que le diera «seguridad», pero en realidad Hitler no era más que un chalado neurótico al que se ocurrió implantar aquel saludo de «¡ Heil, Hitler!» tras una visita a Roma, copiando la forma en que se saludaba al Duce Benito Mussolini que no era más que una transposición del viejo saludo del Imperio Romano que se usaba para celebrar los triunfos de César o sea el : «¡Ave César«. Repasando su fonética vemos que las dos sílabas de entrada (AVE) y las dos de salida (CÉSAR) se repite en «¡Heil Hitler! »
Pero ¿cómo habría quedado si se hubiera convertido en «¡ Heil Schicklgruber!«? Porque nuestro personaje en realidad se debería de haber llamado Adolf Schicklgruber ya que el nombre de su padre era Alois Schicklgruber que por ser un hijo ilegítimo, durante los primeros 39 años de su vida llevó el apellido de su madre (Schicklgruber) hasta y que al reconocerlo su padre Johann Georg Hiedler, en 1876, se le ocurrió hacer una «variantes de aquel apellido paterno» eligiendo el de Hitler, que derivaba de Hiedler, un apellido que según el escritor Franz Jetzinger deriva de la palabra «Hütte» (choza) y significaría algo así como «pequeño campesino» o «el que vive en una cabaña»
Así es que vamos a dejarnos de chorradas y dejemos a don Adof y a su «sonoro apellido » bien muerto y enterrado»
Muy bueno.
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Muchas gracias, amigo
Manuel Rubio
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