El apóstol San Pablo advirtió a los corintios del siglo primero: “Los malos compañeros corrompen el buen carácter” (1 Corintios 15:33) y eso es lo que le está pasando a Rajoy. Que «está jugando con fuego con las malas compañías«.
El PP está empezando a «agotar la paciencia de sus votantes». Se le votó para que hiciera un «cambio drástico y regenerador de la política española» y después de 100 días de gobierno esto no está siendo así, por lo que parte de su electorado ya ha empezado a darle «toques de atención». Es lo que le ha pasado en Andalucía el pasado día 25 donde se ha visto que en los cuatro meses que van de noviembre de 2011 (generales) a marzo de 2012 (autonómicas), 441.884 andaluces «que votaron al PP». decidieron «no hacerlo de nuevo», lo que supone, en términos porcentuales, que «el voto popular» se ha desplomado en Andalucía, casi cinco puntos. Una de las razones que provocan esta «desafección» de votantes, es el ver que se está dedicando a «pactar con quien nadie se lo dijo en las urnas» y me refiero a los catalanes y a los vascos.
Empecemos por los catalanes. Tenemos a D. Artur Mas desenterrando el hacha de guerra con el grito mentiroso, victimista, y rastrero de que «España nos roba» y amenazando de nuevo «con la independencia de Cataluña»
Que D. Mariano Rajoy se empeñe en «mantener una relación de amistad y alianza» con Convergencia Democrática de Cataluña a pesar de ser un partido que se dedica a reivindicar claramente «la soberanía catalana » si no se les concede un «pacto fiscal» que representaría la ruptura del equilibrio y de la igualdad en España no es de recibo.
Que D. Mariano esté aceptando el chantaje de estos políticos nacionalistas catalanes que sólo funciona cuando tienen enfrente a políticos «débiles y acomplejados» como era Zapatero, es algo que no se entiende cuando con su «mayoría absoluta» NO LOS NECESITA. Eso lo que denuestra es que al PP le falta el coraje para cortar el chantaje de estos sinvergüenzas disgregadores.
Luego tenemos al País Vasco en donde los populares se empeńan en apoyar a un gobierno del PSOE, que está representado por un personaje como el lehendakari, Patxi López que ahora ha planteado la necesidad de que el mundo de la izquierda abertzale «tenga lo antes posible, un partido legal»
Apoyar a este indeseable que piensa que el asesinato de inocentes, de niños y de civiles desarmados obedece a una «guerra oficial» entre España y Vascongadas, es humillar a las víctimas del terrorismo y darles «una patada en sus partes» a sus votantes. Ver a PP y al PSOE ponerse de acuerdo para que «ETA este en las Cortes», y comprobar que el PP «también estaba en el enjuague de Zapatero es algo que duele . Ver que nos han pedido «mayoría absoluta» para ahora «mandar de nuevo a ETA a la legalidad» es engañarnos de mala manera.
Enrique Tierno Galvan dijo que «las promesas electorales se hacen para incumplirlas» y que haga eso el PP no es de recibo porque lo votamos para que nos hablara «de patria común» , de «ideales comunes» y de «lo que nos une, en lugar de lo que nos separa» y no lo votamos para que siga manteniendo «el invento de una España dividida en 17 focos de chantaje» ni para que el nuevo Ministro del interior nos diga en la Tele «que ETA ya no es un problema policial sino un problema político«