Los Mossos d’Esquadra y el ridículo de la seguridad pública catalana 

Aunque la historia de este cuerpo se remonta a 1721 el mismo volvió en 1950 cuando el antiguo Ministerio de la Gobernación autorizó a la Diputación de Barcelona su vuelta para la vigilancia de sus inmuebles. Posteriormente en 1980 fueron transferidos a la Generalitat y en 1983 oficialmente se incorporaron como la Policía de la Generalidad de Cataluña.

Allí sustituyeron al antiguo Cuerpo de Policía Armada y de Tráfico, creado por el régimen franquista para vigilar y reprimir a todos los que protestaban en la calle por algo y que- por el color de su uniforme.- fueron conocidos popularmente como «los grises»
Aquellos «grises» siempre se caracterizaron por «dar leña» (no por recibirla). Esta famosa foto fue tomada el 1 de Febrero de 1976 (recién muerto Franco) por el reportero Manuel Armengol y nos muestra a unos policías «arreando estopa» a un grupo de manifestantes en Barcelona que aquel día y a a pesar de la prohibición gubernativa- salieron a reclamar sus derechos bajo el grito de «Libertad, amnistía y Estatut de autonomía«. Fueron solo 50 los catalanistas que salieron aquel día y se sentaron en el centro del paseo de San Juan, a la altura de la calle Provenza y aquellos policías recibieron órdenes de disolver aquella manifestación. Al no moverse los sentados les arrojaron botes de humo y como no hubo resultado, el siguiente paso fue la «orden de cargar con porras«. La foto nos muestra como pegar a tres de aquellos manifestantes: Lluís María Xirinacs, Fabián García y Rafael Pradas.  

Nunca he sido partidario de la violencia policial pero tras leer la noticia que contaba como la madrugada del 24 al 25 de mayo de 2016 hubo unos enfrentamientos en Cataluña entre unos jóvenes okupas y esa fuerza antidisturbios catalana en la que, al parecer los okupas «corrieron a palos» a los Mossos que habían comenzaron a actuar el día anterior con el desalojo del llamado «banco expropiado» comprobé con sorpresa como aquellos okupas de Barcelona hablan atacaron a los Mossos y que cuatro de sus agentes resultaron heridos, sin constar que ninguno de aquellos manifestantes tuviera que requerir asistencia medica ni que fuera detenido. 

Hay un refrán español que dice eso de que «los pájaros disparan a las escopetas«, o sea el mundo al revés. En un país normal, «los pájaros no disparan a las escopetas» y los manifestantes no pegan a la policía pero tratándose de los Mossos D’Escuadra de Cataluña todo es posible.

Porque los Mossos D’Escuadra no tienen nada que aprender de aquellos expeditivos «grises» del posfranquismo ya que su historia está llena de hechos violentos. Recordemos el caso de Esther Quintana que perdió su ojo izquierdo el 14 de noviembre de 2012. Las personas que la acompañaban cuando resultó herida aseguran que recibió el impacto de una pelota de goma y aunque la Audiencia de Barcelona ha absuelto recientemente a los dos agentes acusados de haber provocado aquellas lesiones, en el vídeo de aquella noche se ve que no estaban precisamente «muy pasivos«

Este caso ha traído mucha polémica y tras       16 muertos y 28 mutilados por sus balas de goma con cero policías condenados parece ser que la única medida efectiva que se ha tomado por parte de la Generalitat para corregir este problema ha sido la de cambiarles las armas  

Recordemos aquel otro caso del 2014 al que denominaron ‘caso Raval‘ cuando la fiscalía acusó de homicidio a ocho de ellos por la muerte durante su detención de aquel empresario llamado Juan Andrés Benítez

Ser mosso d’esquadra significa conseguir un trabajo con una remuneración fija de unos 2.000 € al mes y muchos jóvenes fuertes seguramente se dejaran seducir por este prometedor empleo. No creo que exista- en cuanto a «agresividad«- muchas diferencias entre los antiguos «grises» y los componentes de este cuerpo pero entonces…¿por qué se dejan agredir por unos violentos okupas? 

Es muy sencillo porque hasta un ciego vería que los Mossos d’Esquadra en Cataluña tienen unos problemas estructurales graves. Desde su nacimiento han sido una policía sin valores ingobernable, imprevisible y preocupante y la Generalidad de Cataluña en su sueño de construir «estructuras de Estado«, no se ha fijado en que la defensa del orden requiere un cuerpo con cultura institucional y organizativa. 

El último ejemplo ha sido cuando su actual comisario jefe don Josep Lluis Trapero, trasladó al actual presidente de la Generalitat don Carles Puigdemontla «inquebrantable lealtad» de la policía catalana ,su premio será el de «hacer historia»‘ ya que el Gobierno del señor Puigdemont prepara para él un cargo a su medida: el de ‘major’, o sea una especie de supercomisario que una categoría que no existe aún en este Cuerpo. 

Recordemos también otros precedentes como cuando don Xavier Trias, en su época de alcalde por CiU en Barcelona, designó a don Joan Delort, un antiguo fontanero que hizo toda su carrera a la sombra del desaparecido PSUC y con una militancia y simpatía comunista sobradamente conocidas como máximo responsable de de los Mossos d’Esquadra 

Con una  «política catalana» anteponiéndose (como en la mayoría de los grandes temas competencia de la Generalidad,) a la estructura policial de los Mossos, los gobernantes catalanes han sido incapaces de crear una verdadera policía con experiencia en seguridad ciudadana y han sacado un cuerpo capaz de ser tan duro como para provoca «incidentes» coyunturales como la presunta muerte accidental de una persona y la posible pérdidas del ojo de otra o tan blando como el de ser totalmente «pasivo» ante provocaciones de gente con la que sus jefes presuntamente simpatizan. La lista de errores es larga y muchos Mossos de base ya han comprobado por propia experiencia lo que puede ser tener que estar tres noches consecutiva aguantando palos gracias a la pasividad de la alcaldesa de Barcelona y la complicidad manifiesta de la CUP 

Y así se sigue. Una policía que va tirando y tapando agujeros, con capataces incompetentes elegidos por «amos» sin «ideas claras» Al final vamos a tener que recordar aquello de hace unos años cuando aparecieron en Puigcerdá y en Gandesa unas pintadas significativas, en catalán que decían : «Queremos que vuelva la Guardia Civil«. 

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3 Comentarios

  1. Se ha olvidado de las palizas en comisaría.

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  2. Francisco Ortega romera dice:

    Un trabajo bien hecho y real los catalanes nunca han sido gente de uniforme

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