Durante décadas España fue un país cerrado, bajo una dictadura militar, junto con países sudeuropeos como Portugal y Grecia. A principio de los años sesenta abrió sus fronteras al resto de Europa para presumir de «país democrático» y entre 1962 y 1969 el puesto de Secretario del Ministro de Información y Turismo fue ocupado por don Pío Cabanillas Gallas que desarrolló una «campaña de imagen» por toda Europa para convencer a las democracias occidentales de las bondades del nuevo «aperturismo español »

Pero el 2 de marzo de 1974 se supo que en España se había ejecutado a Salvador Puig Antich, un ciudadano español de convicciones republicanas que fue juzgado y condenado a muerte por un tribunal militar, acusado del asesinato en Barcelona del subinspector de la Brigada Político Social, Francisco Anguas Barragán. Su ejecución se hizo junto con la de Heinz Chez, un polaco también condenado por otro asesinato de un guardia civil

Los dos fueron ejecutados por el método tradicional español del «garrote vil» es decir, por estrangulamiento, con un anillo metálico que se cierra al accionar una tuerca lo que provocó una gran conmoción internacional

Pero eso en aquellos tiempos en España no tenía importancia porque con Franco «teníamos la obligación de ser felices«. Y así fue como hace 40 años, concretamente el 6 de Abril de 1974 nos presentamos a Eurovision con aquella canción de Peret que se titulaba: «Canta y sé feliz»

Naturalmente quien ganó no fue España sino el grupo ABBA con su canción «Waterloo»

Las diferencias en 1974 entre Suecia y España no quedaban reflejadas solamente en la «calidad de ambas canciones» porque siempre han existido grandes diferencias económicas entre estos dos países.

Aprovechando este aniversario musical hoy me estoy acordando de que hace dos años un par de asociaciones de la Memoria Histórica presentaron ante el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, un recurso de reforma en donde solicitaban “citar a declarar a D. José Utrera Molina en su condición de presunto corresponsable de la ejecución a garrote vil de Salvador Puig Antich» . No parece que haya pasado nada desde entonces y aquel ultraconservador ministro franquista suegro de nuestro Ministro de Justicia don Alberto Ruiz-Gallardón incluso nos escribió un libro en el que presumía de «no cambiar de bandera»

No se sí hoy, en el año 2014 hemos avanzado mucho más. Bueno si, ahora en la España Penínsular «tenemos la misma hora que en Suecia» y creo que don Mariano Rajoy en su campaña para las europeas nos sigue diciendo aquello de «Canta y se feliz».