La exploración sonora del cuerpo humano

El pasado 17–2018 Google hizo un doodle personalizado con motivo del 235 aniversario del nacimiento de René Théophile Hyacinthe Laënnec, nacido el mismo día de 1781 en Quimper, Francia . Era un hombre pequeño, enjuto y de aspecto enfermizo pero muy grande en el campo de la investigación clínica de su época en el tema de las enfermedades respiratorias. Curiosamente las mismas acabaron con su vida pues murió a los 45 años de tuberculosis. en 1826 en la ciudad de Douarmenez en Francia

Nuestro Théophile fue un hombre polifacético: filólogo, músico, cazador, dibujante, grabador y administrador, pero por lo que principalmente destacó fue por ser un genio médico y puede ser calificado sin exagerar como «el padre de la auscultación» ya que inventó el estetoscopio,ese aparato que cambió el método tradicional de exploración del cuerpo humano.

Retrato y firma de René Théophile Hyacinthe Laënnec.   Wikipedia Commons 

El estetoscopio es un dispositivo médico diseñado parar «escuchar sonidos interiores del cuerpo humano» y por los mismos deducir potenciales enfermedades como soplos de corazón o palpitaciones irregulares o sonidos extraños de un pulmón lleno de fluidos; también puede escuchar el latido del corazón de un bebé dentro del útero y oír los sonidos de unos trastornos digestivos.

Leqopold Auenbrugger

La primera idea de «escuchar los sonidos del interior del cuerpo humano» la tuvo en 1761, Leqopold Auenbrugger (1722-1809) un médico austríaco que trabajó en el Hospital Español de Viena, y que inventó el método de «la percusión del tórax«. El mismo se le ocurrió viendo como su padre golpeaba los barriles de vino en su posada comprobando como al hacerlo en un barril vacío, el mismo daba un sonido resonante mientras que si estaba lleno de vino el sonido era diferente. Así fue como durante siete años de investigación médica desarrolló un nuevo método de exploración clínica de las enfermedades del tórax usando la percusión de la caja torácica con el fin de conocer el estado de los órganos internos mediante sonidos.

Porque un pulmón sano funciona lo mismo que un barril de vino vacío y otro lleno de flemas es igual que otro barril lleno de vino. Como aquel médico era un gran aficionado a la música, estaba acostumbrado a diferenciar los distintos tipos de sonido que se producían al percutir un barril y a lo largo de siete años empezó a observar algunas diferencias de tono para distintas enfermedades de pulmón y de corazón. confirmando mediante necropsias sus hallazgos en experimentos en los que inyectaba a un cadáver distintas cantidades de líquido para luego estudiar los sonidos que daban. Este trabajo fue publicado en latín y se llamó «Inventum Novum» en el año 1761 pero hasta que no fue traducido al francés y cayó en manos de René Théophile Hyacinthe Laënnec pasó desapercibido

La primera traducción del latín al francés de los trabajos de Leqopold Auenbrugger fue realizada en 1770 por Rozière de la Chassagne. La tituló : Manuel des pulmoniques, ou traité complet des maladies de la poitrine. On y a joint une nouvelle méthode de rennoitre ces mêmes maladies par la percussion du thorax» y la percusión comenzó a usarse de forma regular gracias a que Jean-Nicolas Corvisart, médico de Napoleón Bonaparte, la difundió y enseñó a sus discípulos. A pesar de la versión francesa previa de Rozière de la Chassagne, Corvisart volvió a traducir al francés en 1808 aquellos trabajos y añadiendo sus propias notas con el título de: Nouvelle méthode pour reconnaître les maladies internes de la poitrine par la percussion de cette cavité». Corvisart señala: “Habría podido elevarme a la condición de autor publicando una obra sobre la percusión. Pero, haciendo esto, sacrificaría el nombre de Auenbrugger a mi propia vanidad«.

Laënnec a los 19 años de edad, estuvo becado y viajó a París a la Escuela Médica para iniciar los estudios de medicina, siendo nombrado médico en 1816, a los 35 años de edad. Fue alumno de Corvisart y a través del mismo conoció los trabajos de la «percusión del tórax» . Así fue como, examinando a un gran número de pacientes con tuberculosis describió la gran variedad de «soplos pulmonares» y los diferentes tipos de estertores respiratorios.

Patio y jardín interno del Hospital Necker, donde Laennec trabajó desde 1816.

Por la misma época en que fue nombrado en el Hospital Necker, Laënnec inventó el estetoscopio y el método de auscultación mediata. Por aquel entonces los médicos más avanzados, recurrían a la percusión redescubierta por Corvisart, por el método de aplicar directamente el oído al cuerpo del paciente. Lo que se conocía como la “auscultación inmediata”. El problema era que para diagnosticar problemas torácicos, había que apoyar la oreja sobre el pecho del paciente, y esto era una práctica muy efectiva en personas delgadas pero un día de 1816, Laënnec tuvo que examinar a una joven enferma de busto generoso y cuya gordura hacía difícil oír los latidos de su corazón. Laënnec consideró inadmisible hundir su cabeza entre aquello senos y tras su primera sensación de vergüenza empezó a ingeniar otra forma de explorarla.

Y recordando un antiguo juego de niños, cogió uno de sus cuadernos, y enrollándolo en forma de cilindro, aplicó uno de los extremos sobre el pecho de aquella paciente y en el otro su propio oído. Así pudo oír su corazón «de una manera más clara y más distinta de lo que jamás había escuchado aplicando el oído desnudo». Había nacido un nuevo y efectivo invento para oír el pulso cardíaco: el estetoscopio. La invención del mismo constituyó un notable avance ya que a Laënnec se le había ocurrido un instrumento que se interponía entre el paciente y el médico, iniciando un método diagnóstico que transformó la práctica de la medicina.

A través de esta nueva técnica de auscultación por medio de las alteraciones de los ruidos normales del tórax, Laënnec se convirtió un gigante de la medicina. Pudo reconocer varias enfermedades del corazón y de los pulmones estableciendo los fundamentos de la moderna clínica médica, haciendo excelentes descripciones de hipertrofias cardiacas, bronquiectasias, enfisema, edema, infarto pulmonar, neumonía lobar, gangrena pulmonar, neumotórax, pleuresía y tuberculosis pulmonar. Con sus minuciosas autopsias a pacientes con tuberculosis y 50 años antes del descubrimiento en 1882 del bacilo tuberculoso por Koch o «Mycobacterium tuberculosis» Laënnec ya había comprobado que los tubérculos y el exudado gelatinoso de los afectados correspondían a la misma enfermedad y todo ello sin usar un microscopio.

El sistema seguido por Laënnec era practicar la auscultación inmediata, con el estetoscopio en su mano izquierda, Además, el examen físico era reiterado para seguir la evolución del enfermo y obtener información sobre la historia natural de su enfermedad y como complemento indispensable, practicaba rigurosa y metódicamente la autopsia de sus pacientes entre las 24 y las 48 horas después de que los mismos hubieran fallecido y esto le permitió correlacionar los signos del paciente vivo con la anatomía y la semiología cadavérica.

Pintura del artista Robert A. Thom (1915-1979), donde se recrea el momento en que Laennec utiliza su estetoscopio para examinar a un paciente.

Con gran maestría en el arte de la observación clínica, y el ejercicio cotidiano de la meticulosa correlación anátomo-clínica en 1819, publicó su libro “De l’auscultation médiate ou traité du diagnostic des maladies des poumons et du coeur fondé principalement sur ce nouveau moyen d’exploration” en donde describía el estetoscopio como «un cilindro de madera, cedro o ébano, de cuatro centímetros de diámetro y treinta de largo, perforado por un agujero de seis milímetros de anchura y ahuecado en forma de embudo en uno de sus extremos».

Fuente de las imágenes

Laënnec perfeccionó su instrumento experimentando con cilindros de diversos materiales, llegando a la conclusión que el vidrio y los metales eran inapropiados mientras que la madera era óptima. También notó que la presencia de un conducto central era necesaria para la auscultación de la voz, mientras que el corazón podía auscultarse mejor con un cilindro macizo, y los ruidos respiratorios y estertores podían oírse con ambos tipos de estructura. Durante los siguientes años hizo numerosas observaciones documentadas en las historias clínicas del Hospital Necker.

Placa conmemorativa de la invención del estetoscopio en el Hospital Necker. La misma dice: “En este hospital Laennec descubrió la auscultación”. Fuente: Wikimedia Commons.

Sin embargo, antes de llegar a su nombre definitivo el estetoscopio tuvo otros: tambor, pectorilóquio, sonómetro, cuerno médico etc pero Laënnec eligió la palabra estetoscopio por la combinación de dos palabras griegas: stethos = pecho y skopeu = observar) (examinar pecho). Durante algún tiempo estuvo experimentado con modelos de madera pero pronto se dio cuenta de la importancia de colocar un orificio y utilizó varios tipos de madera, marfil y otros materiales hasta que concluyó que las maderas blandas eran mejores.

Recreación del estetoscopio de Laënnec

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Y con el tiempo este instrumento ha ido evolucionando, desde el modelo de Pinard de inspiración musical con una campana de madera pasando por las aportaciones de Arthur Leared que en el año 1851 inventó el estetoscopio biauricular, y George Cammann al año siguiente, perfeccionó este instrumento para su implementación comercial y producción en serie. Luego vino el sofisticado modelo de Rappaport y Sprague del año 1940 que se convirtió en prototipo para comparar a los demás(uno de los modelos acústicos más refinados) y otros muchos cambios que se fueron implementados hasta que en la década de 1960 el doctor Littmann (profesor en la Harvard Medical School) creó un nuevo estetoscopio que era más liviano de todos

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Hoy en día el estetoscopio clásico es un aparato con un extremo donde hay una membrana vibrante que se conecta a un tubo hueco lleno de aire terminado en unos auriculares y se compone de cinco partes: (1) olivas; (2) ojivas; (3) tubo acústico; (4) campana y (5) diafragma tal y como se muestra en la figura siguiente

Las olivas son los auriculares diseñados para transmitir los sonidos de forma directa a los oídos y forradas de goma para aislar los sonidos externos, las ojivas son los tubos huecos que unen las olivas al cuerpo principal del estetoscopio para transmitir sonidos de baja frecuencia, el tubo acústico es flexible hecho de un material de goma y conecta las ojivas a la campana y el diafragma pudiendo llenarse con algún material para transmitir mejor el sonido del paciente hacia el doctor; la campana de dos lados combinada con un diafragma regulable permite alternar cómodamente entre sonidos de altas y bajas frecuencias y transmite los sonidos de baja frecuencia (ideal para escuchar los pulmones) y la membrana, en cambio, detecta las altas frecuencias (sonidos del corazon)

¿Podemos imaginar otro símbolo de la profesión medica que ese estetoscopio que quien nos visita lleva colgado de su cuello o semioculto en un bolsillo de su chaquetilla?

Fuentes:

Pearce, J M S.Leopold Auenbrugger: camphor-induced epilepsy – remedy for manic psychosis”. Eur. Neurol.(Switzerland), 2008; 59 (1–2): 105–7.

«Laënnec. El inventor del estetoscopio y maestro de la tuberculosis«. Carlos Awad García, MD*; Francisco González A. M.D.M. Sc.**

«Laennec. El método anatomoclínico y la invención del estetoscopio«. Fernando D. Saraví