Quien no conoce su historia está condenado a repetirla 

Donald J. Trump, el 45º Presidente de los Estados Unidos de América ha tomado posesión de su cargo con una sonrisa sardónica de satisfacción en su rostro mostrando al mundo la otra cara del “Yes, We can” de Obama de hace casi una década mientras en las calles y en las redes sociales no dejan de gritarse unos contra otros consignas contrarias (“Not my president” vs. “Make América Great Again”). 

Se acusa a Donald Trump de ambicioso,corrupto, aficionado al dinero,sentido práctico, orgulloso, prepotente y racista pero si miramos la creación de los EE.UU  esos fueron precisamente los valores que marcaron el nacimiento de esta gran nación.

El origen de los EE.UU está ligado a la masonería, esa organización que tomó su nombre de los antiguos gremios de artesanos de la Europa Medieval que trabajaban la piedra y que con el declive de la construcción de las grandes catedrales en Europa y la propagación del protestantismo decidieron convertirse en   fraternidades para hacer contactos de negocios y discutir las nuevas ideas que se propagaban en Europa. Así fue como se creó la orden masónica con una jerarquía de 33 grados.


Se inicia con el Grado 1 que es el de «Aprendiz Entrante» y culmina con el Grado 33 que es «Gran Inspector General«. En cada ascensión al militante se le van revelando secretos de la organización que no son conocidos por los grados inferiores.

Empecemos con eso de la «ambición«. Si hubo un hombre ambicioso ese fue precisamente George Washington, el primer Presidente de los Estados Unidos entre 1789 y 1797 y Comandante en Jefe del Ejército Continental revolucionario de la Guerra de la Independencia Americana, que alcanzó el grado 33 en la masonería como «Gran Maestro» en la Alejandría Lodge N° 22 de Virginia. En esta ilustración del año 1789, lo vemos en un templo masónico posando con la indumentaria tradicional de la orden: mandil y guantes blancos. En el mandil o delantal se puede observar al “Ojo de la Providencia” heredadado de la tradición ocultista egipcia (que también es conocido como el “Ojo de Horus” o el “Ojo que Todo lo Ve«) y sus escritos conservados en la Biblioteca del Congreso de los EE.UU rebosan referencias al «Gran Arquitecto del Universo» que es como los masones ven a Dios.


1. Detalle de la carta de George Washington a Richard Varick 1 de enero de 1784.

2. Retrato de Gilbert Stuart, de la División de Grabados y Fotografías de la Biblioteca del Congreso. c1929. Reproducción #: (color) LC-USZC4-2968

(Fuente: Biblioteca del Congreso EE.UU.)

Porque la historia de George Washington está íntimamente ligada con la de las sociedades masónicas de América, y aunque la primera Gran Logia masónica se fundo en Londres en el año 1717, la masonería ya estaba en América desde el año 1682. La llevó allí un masón ingles llamado William Penn que estableció un gobierno en la colonia americana de Pennsylvania y fue un grupo de masones influyentes de aquellas colonias americanas: Benjamin Franklin, Thomas Jefferson, el marqués de La Fayette, John Adams y Alexander Hamilton los que empezaron a trabajar intensamente por la unión de todas ellas. 

La «carrera masónica» de George Washington es toda una «oda a la ambición» y se inicia en el año 1752 cuando con 20 años se une a la logia Fredericksburg Lodge N º 4 de Virginia. Los registros de la misma nos presenta una primera entrada del 4 de Noviembre de aquel año en la que se escribe: «esta tarde, el Sr. George Washington se inició como Aprendiz» y el 3 de marzo de 1753 nuestro aspirante ya alcanza el grado de «Compañero» elevándose a «Maestro Masón» el 4 de agosto de aquel mismo año. Ambición no le faltaba a nuestro hombre y con aquella posición privilegiada ya estaba cuando en Junio de 1754 las colonias inglesas de América se reunieron en Albany, Nueva York para volver a tratar sobre aquella unificación, encargándose a Benjamín FranklinGran Maestro de la Logia Providencial de Pennsylvania– el redactar un borrador para un plan de unión.

Benjamín Franklin con su delantal masón Fuente

El plan de Franklin contenía la esencia de lo que más tarde seria la Constitución de los EE.UU. pero no fue adoptado inicialmente porque estalló la Revolución Americana (la llamada guerra de Independencia) que enfrentó a aquellas 13 colonias británicas de América del Norte contra el Reino de Gran Bretaña entre los años 1775 y 1783 pero las hostilidades se iniciaron en Boston con el llamado «Motín del té» en el que se lanzó al mar un cargamento de té, supuestamente como protesta de aquellos colonos americanos contra la Gran Bretaña.

Pero tras aquello había «corrupción» y poca gente sabe que aquellas «Acta del Té» no sólo no subía las tasas de importación de aquella infusión sino que las bajaban para salvar de la bancarrota a la Johnny Company. ¿Por que aquellos colonos no querían el «té barato» de aquella compañía? Pues simplemente porque los contrabandistas de Boston se estaban forrando con las «altas tasas del té» y al bajarse las mismas se reducían sus márgenes. Así es que el anhelo de independencia americana solo vino de la escasa moral de un grupo de señores.

Otra pregunta: ¿Era Washington «aficionado al dinero«? Pues si lo era y cuando fue nombrado comandante en jefe de los ejércitos estadounidenses durante aquella Guerra de Independencia generosamente se ofreció a renunciar a su salario pidiendo solo cobrar los gastos. Tras esta decisión cambió 500 dólares al mes (48.000 dólares por ocho años de servicio militar)  por 447.220 dólares que fue lo que realmente cobró (unos 9 millones de dólares actuales) 

Al final ganó la guerra y derrotó  al Rey George de Inglaterra cuando todo el mundo esperaba que los perdedores fueran los futuros Estados Unidos y en  1783 se firmó  el Tratado de Paris que acaba con la misma y ahora viene otra pregunta: ¿Tenía «sentido práctico» el general Washington ? Pues también hay que decir que si, porque después de liderar a aquel ejército revolucionario los militares lo animaron a proclamarse rey ya que pensaban que una república gobernada por la novedosa idea de una democracia podía resultar demasiado frágil pero él rechazó la propuesta y con aquella negativa se abrio el camino a la constitución republicana de los Estados Unidos. ¿Por qué George Washington no quiso ser rey? Pues aunque le habría encantado (ambicion nunca le faltó)  resulta que por un brote de tuberculosis se había quedado estéril a los diecinueve años y él sabía que no podía tener herederos. ¿Qué sentido tiene ser un rey si no puedes prolongar tu dinastía? A eso le llamo yo «sentido práctico«.

Trump quiere poner en valor «el orgullo americano » pero ese es-precisamente- una de las mejores cualidades de esta gran nación. Cuando Washington ganó la guerra, el país estaba políticamente desorganizado y la ocupación de nuevos territorios en el oeste llevó a la creación del Decreto Noroeste de 1787 para la aceptación de nuevos estados en completa igualdad con los 13 originales haciéndose una nueva convención en Filadelfia en el año 1787 a la que asistieron 55 delegados (de los que 33 eran masones) cuyo objeto era el revisar los Artículos de la Confederación de los Estados Americanos. De los delegados presentes se dice que eran los mejores lideres de su día y de aquella Convención Constitucional salió la Constitución de los EE.UU descrita por William Gladstone– un estadista y primer ministro Británico- como “la obra más maravillosa jamás creada en un momento dado por el cerebro y el propósito del hombre«. Esta Constitución es Orgullo americano en estado puro que es precisamente lo que quiere hacer ahora Donald Trump con su país.

Artículo primero de la Constitución de Estados Unidos con su famoso «We the People» Fuente

Y si hablamos de «prepotencia» nada mejor que volver a aquella masonería que fue la base del nacimiento de los Estados Unidos. En el centro de todo aquel movimiento estaba George Washington que fue unánime elegido como el primer presidente de los EEUU y además reelegido por unanimidad como «Venerable Maestro» el 20 de diciembre en la citada Alejandría Lodge Nº 22. Con esta ideología el 4 de Julio de 1776 el Congreso estableció un comité para diseñar el «Sello Oficial de EE.UU» que no podía ser más masón escogiéndose para él un águila con una rama de olivo y una constelación de 13 estrellas sobre su cabeza. En la parte de atrás se puso una pirámide incompleta; en el cenit, un ojo en un triángulo y encima del ojo estas palabras: Annuit Coeptis. En la base de la pirámide están los números romanos MDCCLXXVI y por debajo el siguiente lema; Novus Ordo Seclorum . . . 


Este símbolo refleja la prepotencia y el orgullo americano y el 18 de septiembre de 1793, y como Gran Maestro masón George Washington (con su traje ritual completo) puso la primera piedra de la que hoy es la capital de los Estados Unidos, que lleva el nombre de su fundador, eligiendo al urbanista Pierre de Chatillôn para el diseño de esta ciudad. Sería bueno que esos miles de manifestantes que ayer se pasearon por esta ciudad se fijaran en que en la misma hay una planificación urbanística clara de prepotencia y simbología geometría masónica sagrada

Fuente 

Y terminemos con eso del «racismo«. Es algo bastante conocido que George Washington tenía una dentadura lamentable y que comenzaron a caérsele los dientes hacia los veinte años. Cuando cumplió los cincuenta y dos hizo que le extrajeran todas sus piezas dentales para diseñarse él mismo sus propias dentaduras postizas conservándose cuatro juegos de las mismas, de los que uno se exhibe en el Museo Nacional de Oontología de Baltimore

Dentadura de madera Gorge Washington Fuente 

Y George Washington pagó 122 chelines por nueve dientes que pertenecían a esclavos suyos que trabajaban en su plantación de Mount Vernon. Aquel «padre de la patria americana» era propietario de 123 esclavos en la ciudad y de otros 193 llamados «esclavos de campo» en aquella finca y durante su presidencia al trasladarse a Nueva York, como no le gustaba la comida de allí, decidió traerse como cocinero a uno de sus esclavos (llamado «Hércules)  desde Vernon en el estado de Pensilvania en donde existía una ley que establecía que los esclavos quedaban en libertad si pasaban seis meses fuera del mismo, pero nuestro amigo George, como «campeón de los derechos humanos» lo que hizo fue mandar regularme a Virginia, a aquel hombre dejándolo allí unos días para luego volver a reclamarlo. Así, su cocinero  Hércules siguió siendo siempre «esclavo suyo en Filadelfia«.

Y aunque Washington le daba muchas vueltas al tema de la esclavitud, él nunca emancipó a sus esclavos y manifestó en su testamento que los mismos serían libres despues de su muerte y la de su mujer. Si eso no es «racismo» que venga Dios y lo vea.

Como veis en política «en todas partes se cuecen habas» y Monsieur Washington para mí tiene muchos puntos en común con el señor Donald Trump. Aunque las comparaciones son odiosas, para mí esta claro que el primer presidente de los Estados Unidos nunca fue lo que – en términos masónicos- se conoce como» un sillar perfecto” sino tan solo una persona lista y oportunista como tantos políticos que hay hoy en día, incluido el señor Trump. Por eso los americanos en vez de protestar tanto deberían de molestarse en repasar su historia.

Fuentes:
America’s Secret Destiny: Spiritual Vision and the Founding of a Nation. Robert Hieronimus Ph.D. ISBN-13: 978-0892812554

Masonería y Sociedad. Evan Montes

Masonería de Castilla y León http://masoneria.blogia.com

George Washington’s Masonic Connections http://www.reversespins.com/masons.html

Gonzalo Ugidos. «Chiripas de la historia«

3 Comentarios

  1. pedro estrada dice:

    siempre he pensado que cualquier tipo de elección que se haga de tipo democrático, nunca va hacer limpio siempre existe la manipulación. por parte de los medios o del sofista que quiera el poder.¡ la trampa siempre va a reinar todo depende del mentiroso que la diga

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  2. Gabriel Tamayo dice:

    Ciertamente no entiendo como hay en todas partes del mundo gente protestando contra este Sr. que ha ganado de forma limpia unas elecciones democráticas. Los que protestan son los antidemócratas… D. Tramp podrá ser como es, pero lo han elegido ellos y tienen la obligación de aceptarlo. A mi y a muchos millones de españoles tampoco nos gustaba ZP y tuvimos que jodernos y soportarlo nada menos que 8 años y a nadie se le ocurrió decir nada sobre su victoria a pesar de que ganó, contra todo pronóstico, bajo los terribles acontecimientos de aquellas fatídicas fechas.

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    1. mrjaen dice:

      Completamente de acuerdo querido Gabriel

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