El “marrón” era una especie de tronco o viga, usado en las construcciones populares antiguas, que servia para colgar los trastos y las herramientas, o sea algo que “cargaba con todo”. Por eso cuando se afirmaba que a alguien se lo «cargaba como a un marrón» quería decir que llevaba consigo todo el peso de la carga; de ahí parece ser que viene la expresión de «comerse el marrón» que se usa en los ambientes criminales para calificar la actitud de un condenado que decide cargar con todas las culpas de un delito exonerando del mismo a sus cómplices.
El caso más paradigmático de lo que significó “comerse un marrón”, pasó en los tiempos de la segunda legislatura de don Felipe González con aquella operación chapucera llamada “Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL)” , unos escuadrones de la muerte financiados y protegidos por el Ministerio del Interior de España para combatir a ETA , que estuvieron activos entre 1983 a 1987 y fueron responsables de 23 asesinatos. Aquella organización chapucera, intentaba imitar el modelo de la organización terrorista francesa de extrema derecha dirigida por el general Raoul Salan en 1961 denominada OAS (Organisation de l’Armée Secrète en francés) pero su terrorismo de estado fracasó y encima se dilapidó un montón de dinero de los fondos reservados del gobierno español con policías que se dejaban el dinero en los casinos.
Aquel fue un caso digno del detective de Agatha Christie don Hércules Poirot porque no se pudo descubrir quién era “el Señor X” que dirigía aquel entramado. A final fueron dos personas llamadas don José Barrionuevo, primer ministro del Interior y don Rafael Vera, ex secretario de Estado para la Seguridad, ambos del gobierno de don Felipe González, los que decidieron “comerse aquel marrón”, cerrando el pico, aunque si hubiesen querido se habrían podido llevar por delante a todo su partido y al mismísimo Felipe González de aquellos tiempos
A veces «el marrón se lo comen los muertos«. Así fue en aquel caso de la década de 1994 a 2004, cuando una auditoría del Tribunal de Cuentas, reveló que CiU era el partido que más dinero había recibido de donantes anónimos (20,8 millones de euros). Eran «donaciones oscuras» que, más que donaciones, parecían «pagos de comisiones». El hombre que «lo sabía todo» sobre aquel asunto ( el famoso 3% ) se llamaba Carles Torrent i Macau, y era el responsable de las finanzas de Convergencia Democrática de Catalunya (CDC) y el depositario de todos los secretos de aquel partido. Afortunadamente para los implicados falleció por un infarto de miocardio.
Otro caso de «muerto que carga con el marrón» fue el del escándalo del BBVA cuando los servicios jurídicos del Banco de España detectaron, que aquella entidad había mantenido durante 13 años cuentas secretas dos en los paraísos fiscales de Jersey y Liechtenstein y otra tercera en Suiza. El mandamás del Banco Vizcaya, de aquellos tiempos era don Pedro Toledo; un hombre chulo como nadie que llegó a decir aquello de: «hemos llegado a un punto que si no ganas mil millones cada semana, eres un perfecto idiota«. Como don Pedro Toledo falleció a finales de 1989 y también pudieron echarle la culpa de todo aquello
Don Luis Barcenas es una mezcla de ambos personajes. Se ocupó de las finanzas del PP y era el depositario de todos sus secretos y como «chulo» no tenía rival. Recordemos sus «peinetas» a la prensa
Y la tremenda seguridad que tenía de que todo el PP estaba «cagado de miedo» venia desde que los pasados días 31 de enero y 3 de febrero el periódico «El País» habían publicado aquellas presuntas cuentas manuscritas de los tesoreros del Partido Popular entre 1990 y 2008 don Luis Barcenas y don Álvaro Lapuerta, en cuyos apuntes se recogen ingresos por donaciones de empresarios (tres de ellos imputados en el caso Gürtel) y un capítulo de gastos con las cantidades pagadas a altos cargo del Partido Popular
Por eso a don Luis le ha pasado lo mismo que a aquel cuervo del relato del poeta griego Hesíodo que nos contaba la historia de uno de estos pájaros que después de robar un pedazo de carne estaba posado en la rama de un árbol y una zorra comenzó a alabarlo diciéndole “podrías ser el rey de las aves si pudieras hablar” y el cuervo ladrón abrió el pico para hacerlo y se le cayó el trozo de carne que se lo quitó la zorra. La moraleja es que los soberbios hablan más de la cuenta y lo único que consiguen es verse despojados de lo que llevan en el pico.
El pasado jueves, el juez de la Audiencia Nacional don Pablo Ruz titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, lo interrogo durante casi dos horas y don Luis, en plan chulesco le contó al Magistrado que sus numerosos ingresos en efectivo procedían del dinero que le daban otros inversionistas y de que había hecho «jugadas afortunadas» en Bolsa que luego metía en sus cuentas (donde llegó a ingresar de una vez 6,9 millones de euros en efectivo); también intentó que el Juez Ruz se tragara el cuento de que había efectuado unos contratos de compraventa de cuadros ( uno de 560.000 euros) y lo único que consiguió es que «se le cayera la carne del pico» porque no pudo convencer al magistrado de origen limpio de sus 48,2 millones de euros en Suiza. Su mujer doña Rosalía Iglesias también fue interrogada durante 45 minutos y manifestó que “firmaba todo lo que su marido le ponía delante sin mirarlo” (a eso le llamo yo “el Síndrome de la Infanta”). Al final el Juez tomó la decisión de hacer un Auto enviando a prisión al señor Barcenas
Aunque el “caso Bárcenas” es distinto de los otros casos aquí referidos, todos tienen en común dos hechos significativos: el primero de ellos que todos «salpican a grandes instituciones» y el segundo que en todos ellos siempre ha habido «alguien que se ha comido el marrón» y este caso afecta tanto a nuestro partido gobernante que ya el pasado día 28 el diario ‘El Mundo‘ nos añadía un matiz novelesco al asunto, diciéndonos que «el PP estaba en vilo» por el encarcelamiento de Bárcenas, asegurando que un ministro al que no identificaban ya había confesado (fuera de micro) su miedo con estas palabras: «Hemos cruzado la línea roja»
No cuelan las declaraciones de doña María Dolores de Cospedal intentando quitar importancia a este asunto, como cuando nos contaba el pasado mes de Enero aquello de que : «los españoles pueden estar bien tranquilos porque el PP siempre ha cumplido con la legalidad vigente. Somos un partido comprometido con la transparencia«, o esas últimas afirmaciones de que: «Nunca un partido en democracia ha hecho un ‘striptease’ como el del PP» (supongo que doña Mari Cospe se refiere a un striptease al estilo de “Full Monty”)
Porque la realidad es que existen otras noticias que nos cuentan que el PP pagó 22 millones de euros en sobresueldos a sus dirigentes entre 1990 y 2011 , y que don Jorge Verstrynge, secretario general de Alianza Popular (antecesora del PP) entre 1979 y 1986 nos dijo que «esos sobresueldos empezaron en 1988».
Por eso la cruel realidad es que aunque el Partido Popular siga defendiendo sus cuentas y los sueldos de sus principales dirigentes, parece ser que estamos hablamos de unos 24 millones de euros en sobresueldos pagados entre 1988 y 2011 a altos cargos populares que son unos 3.994 millones de pesetas. Algunos de estos pagos » ya han sido reconocidos» como por el popular don Pío García-Escudero presidente del Senado que ha confirmado que recibió 700.000 pesetas (unos 4.200 euros) entre los años 1999 y 2003 o el diputado don Eugenio Nasarre que también ha admitido que su partido le hizo «pagos complementarios» de 1.800 euros al mes, entre 2000 y 2004.
No vamos a decir que “todo el PP esté pringado en este asunto” pero quiero recordar aquello que dijo un político yanqui, cuyo nombre no recuerdo de que: “dos cucharadas de agua en un cubo de caca, dan caca y dos cucharadas de caca en un cubo de agua también dan caca”. O sea que aunque el cubo de honradez del PP fuera de un agua transparente, bastarían “dos cucharadas de caca” para convertirlo en un “cubo de mierda” o al revés; si todo este partido fuera presuntamente corrupto, el hecho de que hubiera unas pocas personas honradas y transparentes no cambiaría nada de que seguiría siendo un “cubo de mierda”.
Finalmente ya tenemos al señor Barcenas en los muros de hormigón de la cárcel de Soto del Real sin poder beber champán de lujo, ni disfrutar de restaurantes exclusivos en los Pirineos, ni hacer sus viajes en helicóptero a las montañas armenias. Desde allí sólo le quedan dos alternativas o «se come el marrón» o «nos canta la Traviatta» y como uno de los presuntos implicados en «su libreta«, el ex tesorero don Álvaro Lapuerta, de 85 años, ya se encuentra en estado de coma a causa de las graves heridas que le ocasionó una caída a la puerta de su domicilio, en Madrid, el «único candidato a comerse el marrón» de este enojoso asunto es precisamente don Luis del que conocemos que ya había dejado instrucciones precisas a un notario para que hiciera pública una declaración “si lo metían en la cárcel”
La pregunta es: ¿Se “comerá el marrón” don Luis y permanecerá calladito o bien nos contará si hay algún «Señor X” en Génova 13?
Estoy deseando de saberlo