En España arde cada año una media de 150.000 hectáreas, en unos 21.000 incendios que tienen un coste de 1.800 millones de euros.Sin embargo el año 2012 ha sido terrorífico. Hasta el 26 de agosto de 2012 se han quemado en España 153.159,66 hectáreas que supone “el triple que el año pasado” y 1,65 veces más que la media del decenio. En este año hemos tenido 31 Gran Incendios Forestales (>500ha) cuando la media del decenio ha sido de 22. Más de la mitad de la superficie arbolada quemada hasta entonces se corresponde con la Región Mediterránea (56,73%)
WWF ha analizado los 24 Grandes Incendios Forestales que se han producido en nuestro país, hasta el pasado 5 de agosto, y detecta que en más del 65% de los siniestros el fuego ha afectado a importantes espacios protegidos. Parques Nacionales y Naturales, enclaves Red Natura 2000 y Reservas Naturales están sufriendo este año los efectos devastadores de las llamas
¿Por qué tantos incendios? Cuando se den estas condiciones se producirán incendios
a) Un monte público
b) Empresas subcontratadas que cobren por fuego apagado
c) Empresas madereras que consiguen “materia prima a precio de saldo”
d) «Otras causas». Observemos,por ejemplo esta noticia. En la misma se nos dice
que en relación al ultimo incendio de Málaga iniciado precisamente en Coín en el paraje Barranco Blanco la Junta de Andalucía resolvió en agosto de 2009 denegar un proyecto que planteaba la construcción de casi 1.500 viviendas allí por «impacto ambiental» correspondiente al Plan Parcial del Sector UR-11. Ahora esa zona «ha quedado desvastada». ¿Casualidad? ¿»Venganza»? No se puede asegurar nada salvo que estas dos noticias relacionan una zona «protegida» con acciones presuntamente especulativas de urbanismo en la misma.
El problema viene en que mientras existan Leyes que «permitan que un incendio beneficie económicamente a alguien» seguirá habiendo incendios en España. Porque aunque los medios de comunicación apunten a “los pirómanos” como los causantes de estos desastres esto no es así. Un pirómano es un un loco que “disfruta viendo un incendio”, pero un loco «solo hace un foco» para «ocasionar ese incendio”, y no se le ocurre “hacer varios focos” y «esperar el momento propicio» porque eso requiere “un estudio y una planificación”
Y “planificar un incendio” tiene «su “técnica” y es la llamada “regla de los tres 30”, que son como los ingredientes de una tormenta perfecta, pero trasladados al fuego.La regla es que: «coincidan más de 30 grados de temperatura, más de 30 kilómetros por hora de viento y menos del 30% de humedad», así el incendio será devastador y si hay «combustible suficiente» , no será un incendio cualquiera, sino lo que se conoce como un “Gran Incendio Forestal” que es aquel cuya propagación trasciende la capacidad de extinción. Cuando las llamas son de varios metros de altura y el fuego se propaga a varios kilómetros por hora, a este incendio “no hay quien lo pare”.
El problema en España es que menos del 1 % de los responsables de los incendios forestales en España son condenados. Son necesarias “otras medidas” como el dotar a los fiscales de medios suficientes, formando a peritos especializados en las investigaciones pertinentes para evitar que los casos «acaben siendo sobreseídos por falta de pruebas» y que los culpables, por tanto, queden en libertad.
En definitiva: reforzar el papel de «las fiscalías de Medio Ambiente» y reformar el Código Penal para que se considere «punible cualquier imprudencia» (sea o no grave), endureciendose las sanciones a las personas jurídicas y eliminando » los juicios por jurado» para este tipi de delitos. La vía penal es fundamental para frenar la «criminalidad» que estamos viendo este verano.