Un silogismo es un argumento que consta de tres proposiciones en la que la última se deduce necesariamente de las otras dos. Este podría ser uno
“Tenemos tributos injustos ”
“El PP hace los tributos ”
“Por lo tanto, el PP es injusto”.
El razonamiento es fácil de demostrar porque:
A) Tenemos una Constitución que dice en su artículo 31 que : «Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio»
B) Tenemos un Gobierno que ha subido el tipo impositivo a las rentas a partir de 300.000 euros hasta el 52%
C) Tenemos un Gobierno que ha hecho una «amnistía fiscal» para que los defraudadores «blanqueen su dinero» a cambio «del módico precio de un 10%«.
Su hacemos números a un «contribuyente honrado» que gane 300.000 euros se le hace una retención fiscal de 156.000 euros mientras que a «un chorizo» que se traiga su dinero de un banco de las islas Caimán la misma cantidad sólo le cuesta 30.000 euros. Esta claro que si tenemos «tributos injustos ” y que la «equidad» por parte de quien «los hace” brilla por su ausencia tenemos que sacar la conclusión de que “El PP es injusto”.
Pero es que hay cosas que sublevan. Aunque «José María el Tempranillo» «Luis Candelas» y «el Estado» parecen gozar de cierta naturaleza «amiga de lo ajeno«, al menos en los dos primeros había algún «señorío» pero es que tenemos un Estado que además de «asaltarnos y esclavizarnos» , encima se permite la desfachatez de «cachondearse» de nosotros, en cuadrilla y con publicidad. Lo que yo llamo «darnos patadas en los eggs»
Porque a nuestro presidente D. Mariano Rajoy no le ha debido parecer suficiente la «tomadura de pelo de la amnistía» y ya nos anuncia que en los tres próximos meses se va a poner en marcha «un plan para luchar contra el fraude fiscal» y dentro de poco, cuando comience «la campaña de la renta» nuestros próceres nos volverán a dar la brasa con esa publicidad institucional de todos los años de que “Hacienda somos todos”, cuando la realidad es la de que “Hacienda somos sólo los pobres y los pringados«.