No hay peor ciego que el que no quiere ver

  
El pasado miércoles don Mariano Rajoy fue entrevistado por Ana Rosa Quintana en Telecinco y dijo esta frase lapidaria: «yo soy partidario de hacer lo que dice el sentido común y lo primero respetar a las personas y lo que han votado” confirmando que piensa seguir siendo el candidato del PP a la presidencia del gobierno. No hace falta ser muy sagaz para darse cuenta de que el señor Rajoy pertenece a ese grupo de personas que se empeñan en «no querer ver la verdad» y que se sienten mejor creyendo sus propias mentiras. Personas que responden al dicho español de que «no hay peor ciego que el que no quiere ver».

Igual que en aquella película de 2004 de nombre «Der Untergang» (conocida también como El hundimiento) don Mariano Rajoy da la sensación de no haberse dado cuenta de que «ha perdido la guerra» y que está haciendo lo mismo que hizo aquel Führer de Alemania cuando decidió recluirse a siete metros bajo tierra, en el búnker de su Cancillería mientras las bombas le caían continuamente encima 

  
Pero don Mariano es más listo de lo que nos creemos. Repasemos su imagen de la pasada campaña en la que se nos presentó con un tono serio y sobrio bajo el eslogan de “España en serio”. Los carteles electorales nos lo mostraban en un primer plano (de tal modo que la foto pareciese que hubiera sido tomada mientras trabajaba en su propio despacho) y  con un fondo blanco y limpio para agudizar su imagen de serenidad, responsabilidad y compromiso. 

En realidad lo que siempre ha pretendido el señor Rajoy es el  asociar su persona con el futuro de España y me temo que su error viene porque piensa que los electores lo han votado a él , y  algo de razón si tiene. Actualmente en España, un ciudadano no puede votar a una persona concreta para el Congreso y se tiene que tragar el ‘pack completo‘ ofrecido en la papeleta de votación. Tras la gran victoria electoral del PP en las elecciones del 2011, un total 10.830.693 de españoles (un 44,62% de los electores) votaron al PartidoPopular 

 Aquellos votos no eran para don Mariano, pero los votos de las elecciones del 2015 en las que el PP perdió más de 3 millones de votantes y 63 diputados sí que fueron una consecuencia de la nefasta gestión del señor Rajoy y  realmente, esos 7.215.530 votos sí que fueron para él

 

Pero pretender que en un parlamento tan fragmentado como el que hemos conseguido don Mariano pueda aferrarse a sus pírricos 123 escaños para reclamar de nuevo la presidencia de gobierno demuestra que está jugando «a no querer ver las cosas» y estoy completamente seguro de que él sabe muy bien que no puede conseguir una  ‘alianza sólida’ PP-PSOE- C’s mientras él se siga postulando como Presidente. 

  
Y él sabe también muy bien que el PSOE no está por la labor de dejar a don Pedro Sánchez formar una coalición  ‘a la portuguesa‘ con 172 diputados de variopinta procedencia  

  
Por lo que solo queda una última posibilidad y es la de que el rey ofrezca al líder del PSOE formar Gobierno, con el apoyo de Ciudadanos. 130 diputados para gobernar en minoría y buscar apoyos puntuales para sacar las leyes adelante, unas veces con Podemos y otras con el PP

  Pero como ya le dijo a Ana Rosa: «El PP tiene mayoría en el Senado y no podrían hacer las reformas que quieren porque no tienen los votos necesarios” así es que como no tengo a don Mariano como candidato a «vendedor de la ONCE» me parece que a lo que está jugando es a la posibilidad de unas nueva convocatoria de elecciones generales  ( de ahí su desplante del viernes pasado a la investidura) y también se le escapó en su entrevista con la señora Quintana : «le voy a pedir a mi partido que quiero ser el candidato. Creo que puedo presentar un buen balance de legislatura”).

O sea que la «ceguera de don Mariano» viene de que está totalmente convencido de que es verdad aquello que nos dijeron los cuadros de su partido el pasado verano cuando nos recordaron que el PP  había cumplido con el 91% de su programa electoral  

Don Mariano Rajoy jamás aceptará reconocer que todo lo que está pasando en España es culpa suya. Un buen gesto sería que se asomara al balcón Génova, igual que hizo el gran Pepe Isbert con sus vecinos de Villar del Río y nos dijera algo parecido a lo que dijo aquel gracioso alcalde: «Como presidente vuestro que he sido os debo una explicación… y esta explicación, os la voy a dar«