El “Primo de Zumosol” (y el “Súperprimo”)

¿Quién no dijo cuándo era pequeño alguna vez aquella frase de : “¿A que llamo a mi primo de Zumosol”?» Se trataba de aquel forzudo de los años noventa que salía en un anuncio televisivo de un zumo de frutas y que venía escenificado con un pequeño grupo de niños en donde había uno más delgaducho y frágil al que sus compañeros le gastaban bromas. Se le veía indefenso, hasta que aparecía “su primo para defenderle” que era un fornido y sonriente jovenzuelo que entraba en escena como protector de su desamparado pariente.

Si hay un “Primo de Zumosol” en España para los poderosos ese es nuestro Tribunal Supremo. Sus ilustres magistrados suelen tener apellidos que se repiten desde el franquismo pero yo no creo que el “ser hijo de magistrado” sea un mérito o tenga influencia en los Tribunales de Oposición a la Judicatura. Lo que si creo es que nuestros magistrados vengan de distinguidas familias o del pueblo llano tienen en cierto modo condicionado su pensamiento desde que los políticos decidieron meter sus zarpas en la justicia.

Si se hubiera mantenido la «Teoría de la separación de poderes» de Montesquieu (1748) que afirmaba que hay en cada Estado tres clases de poderes: el legislativo, el ejecutivo y el judicial, este último poder no habrían terminado condicionados por el poder político y económico. Los jueces forman “una casta” con sus pelucas, sus túnicas negras y sus mazos ceremoniales y todo el mundo sabe que el “ser juez” es algo que diferencia a estas personas del resto de los ciudadanos, pero en España «Sus Señorías» en realidad no tienen tanto poder como creemos.

En las últimas elecciones a las Salas de Gobierno del Tribunal Supremo y a los Tribunales Superiores de Justicia de las diferentes Autonomías se cubrieron 116 puestos vacantes. La asociación judicial ganadora fue la “Asociación Profesional de la Magistratura” (APM), de la que se afirma que es «la correa de transmisión» del Partido Popular en el ámbito judicial que obtuvo 53 plazas para sus miembros. El segundo colectivo más votado (con 21 elegidos) resultó ser la “Asociación Judicial Francisco de Vitoria” (AJFV), que también es de carácter claramente conservador y en tercer lugar se posicionó el «Foro Judicial independiente» (FJI) que tuvo a 11 de sus miembros elegidos (esta última asociación se destaca además por una intensa defensa del “corporativismo de los jueces”). Finalmente, aparecía en aquellas elecciones la Asociación “Jueces para la Democracia” (JpD) que obtuvo 9 representantes y que tiene muy estrechas vinculaciones con el PSOE. Solo 22 de los jueces elegidos no estaban asociados, pero entre ellos, había al menos 11 que formaban parte de las listas de la APM.

O sea que si hacemos cuentas comprobamos que de aquellos 116 jueces electos había 96 que podríamos considerarlos como “de derechas”, 9 que podríamos ubicarlos “cerca del PSOE” y 11 a los que no podríamos definirlos como simpatizantes de un partido. Similares perfiles ideológicos también nos los encontramos en los otros dos cuerpos superiores de la administración de Justicia como son los Fiscales y los Secretarios Judiciales.

Evidentemente desde que en la época de don José María Aznar con aquel ministro llamado Michavilla PP y PSOE firmaron aquel infame «Pacto por la Justicia» ya existe una absoluta «interferencia» entre el Poder Político y el Poder Judicial y nuestro inolvidable don Alfonso Guerra ya lo definió perfectamente con aquella famosa frase suya de que : «Montesquieu ha muerto«. Por eso la pregunta que hoy me hago es la siguiente: ¿Son los jueces españoles «neutrales políticamente» o podemos presuponer que tienen alguna «ideología dominante»? La respuesta para mi es la segunda ya que salta a la vista que en España, aunque la Justicia debería ser la «garantía suprema» contra el abuso de poder y la corrupción, ahora está politizada.

En España muchos de los asuntos judiciales tienen un claro “componente político”, por lo que «la adscripción ideológica» de jueces y magistrados a uno de nuestros partidos políticos dominantes puede afectar a su función jurisdiccional, y de hecho «lo afecta» si nos fijamos en algunas de sus decisiones al impartir justicia, reflejadas en sentencias interesadas, arbitrarias, incomprensibles o sin fundamentos jurídicos.

Hubo un ministro de Justicia socialista que intentó “cambiar el modelo» de oposiciones a la judicatura” . La idea era buena porque aquel ministro se basaba en un proyecto similar al adoptado por la República Francesa; aquel ministro se llamaba don Mariano Fernández Bermejo pero para hacer lo que él pretendía se requería ser algo menos que «una persona intachable» y con gran prestigio en el mundo judicial y aquel ministro no lo era.

Para empezar, el simple anuncio de aquel proyecto ya provoco una auténtica rebelión con la primera “huelga de jueces” de la historia de España. Finalmente los togados salieron triunfantes, y lograron que se retirara aquel proyecto, pero la clave estaba en que se demostró que el señor Fernández Bermejo también «usaba la justicia en su provecho» y fue pillado con el «carrito del helado» en una montería con don Baltasar Garzón en la finca ‘Cabeza Prieta de Torre’, de la provincia de Jaén y después visto en un almuerzo posterior con él junto a sus esposas, y ello tan solo una semana antes de que Garzón comenzara la investigación del «Caso Günter». Aquella metedura de pata de cazar sin tener licencia para ello y el meterse de lleno en el «ojo del huracán» se tornó en «una cacería contra aquel ministro» y don Mariano Rajoy, solicitó su dimisión en cada intervención que hizo desde entonces, hasta que finalmente lo consiguió

Con nuestro ultimo ministro don Alberto Ruiz- Gallardón, la cosa ha empeorado porque ahora el modelo de designación de los miembros del Consejo General del Poder Judicial ha convertido a este organismo en un ‘clon de nuestro Parlamento”. Al final hemos conseguido un «modelo judicial» a la medida de los políticos españoles, porque aunque existen en España GRANDES JUECES que condenan al final cuando un político o un “poderoso” necesita una solución a sus problemas finalmente siempre termina recurriendo al “PRIMO DE ZUMOSOL” como por ejemplo:

A) Cuando en el año 2012 don Alfredo Pérez Rubalcaba, se refirió al ex policía don José Amedo con la expresión de “delincuente” y recibió del mismo una querella por un delito de injurias graves. El “primo de Zumosol” archivó aquella querella al considerar que el secretario general del PSOE no procedió con ánimo de menospreciar o desacreditar

B) O como cuando en ese mismo año don Baltasar Garzón ya expulsado de la carrera judicial por las escuchas del caso Gürtel, aún seguía acusado de un delito de prevaricación por declararse competente para investigar los crímenes del franquismo. El “primo de Zumosol” también lo absolvió de aquella acusación.

C) O como cuando en Mayo de este mismo año el ex concejal del PP de Sanlúcar de Barrameda, don Rafael Rubio en el asunto de la empresa municipal de limpieza, “Emulisan” fue sentenciado por la Audiencia de Cádiz por un delito de prevaricación y otro de malversación de caudales públicos. El “primo de Zumosol” también lo absolvió de aquella acusación.

D) O como cuando el pasado día 18 nuestro “primo de Zumosol” decidió archivar la causa contra don José Blanco por el ‘caso Campeón’.

E) La última de «nuestro Primo» la conocimos hace un par de días cuando nos enteramos de que se había dictado sentencia absolviendo al expresidente balear don Jaume Matas de los delitos de fraude a la Administración, falsedad en documento oficial, falsedad en documento mercantil, y de prevaricación en concurso medial con un delito continuado de malversación, por los que fue condenado en la sentencia de primera instancia.

Sin embargo hay veces en las que nuestro “primo de Zumosol hace las cosas bien y condena a los poderes fácticos. Para esta situación se suele recurrir al “SUPER-PRIMO DE ZUMOSOL” ¿Quién es ese “súper héroe”? Pues naturalmente nuestro TC que solo actúa en casos “extremos” de “alta política”, en asuntos de terrorismo o en situaciones que afecten a «banqueros importantes» .

Si mi tesis fuera cierta pronto tendremos una ocasión para comprobarlo ¿Recordaréis que el pasado 19 de abril nuestro «Primo» en una muestra de sensatez no se dejo convencer por las peticiones del desamparado Consejero Delegado del Banco Santander don Alfredo Sáenz y anuló parcialmente el indulto que le concedió el Gobierno de don José Luis Rodríguez Zapatero? Pues bien, el «niño desamparado» ya ha recurrido en amparo ante nuestro «Super Primo» pidiendo que se anule aquella decisión de nuestro «Primo» ¿Qué decidirá el “súper-primo” en este asunto ? Yo no soy Nostradamus pero me atrevo a hacer una predicción. Creo que el «súper-primo» enmendará la plana al «primo» porque, damas y caballeros, estamos hablando de LA JUSTICIA en España y aquí «donde manda patrón, no manda marinero«.