Jugando con el sueño

el

Los investigadores creen que el sueño surgió para permitir a los organismos conservar y restaurar su energía pero para el ser humano es un requisito fundamental. Desde que en 1951, Aserinsky y Kleitman, descubrieron el sueño de movimientos oculares rápidos (REM), los estudios sobre el mismo empezaron a tener auge, dejando de considerarse como un estado pasivo en el que no ocurría nada para empezar a entender que se trata de un estado en el que intervienen diferentes sistemas que se influyen mutuamente.

En circunstancias normales, el sueño se divide en dos estados diferenciados: sueño no REM (NREM o NR) y sueño REM (R) o sueño de ondas lentas con movimientos oculares rápidos. Este ciclo de sueño NREM a sueño REM continúa durante la noche, y trabajan en conjunto para relajar y recomponer el cuerpo mientras descansas. El sueño REM representa el 25% del ciclo de sueño y ocurre por primera vez entre 70 y 90 minutos después de dormirse y los ciclos de sueño se repiten, entrándose en sueño REM varias veces durante la noche.

Hipnograma de un sueño
Fuente:

¿Qué pasaría si una persona no durmiera nada? En este pequeño vídeo de Asap Science se nos hace un resumen en cómic de los efectos que tiene la falta de sueño

Y en el mismo se nos dice que una privación de sueño prolongada en una persona sana la induce a estados de consciencia alterados, pero hasta ahí es todo lo que se sabe y la conclusión del vídeo anterior nos afirma, tras describir algunos de los experimentos de privación del sueño, que la verdadera sorpresa es que ninguno de los sujetos sometidos a insomnio prolongados vio perjudicada su salud a largo plazo.

En los humanos, pasar mucho tiempo despierto suele estar asociado a desórdenes extraños como esa rara enfermedad priónica del cerebro llamada insomnio familiar fatal (IFF) que se presenta entre los 50 y 60 años de edad y cuyo caso más conocido es el de Michael Corke, un estadounidense que murió después de seis meses de privación total de sueño. Otra patología es el síndrome de Morvan que lleva el nombre de un médico francés del siglo XIX llamado Augustin Marie Morvan que la describió en 1890, y que consiste en una enfermedad neurológica poco frecuente con insomnio grave, por eso las consecuencias de la falta de sueño ha sido un tema de interés a lo largo de los tiempos

Maria Mikhailovna Manasseina (1843-1903 )

Una de las primeras investigadoras sobre la privación del sueño fue Maria Mikhailovna Manasseina también conocida como Marie de Manaceine o Marie von Manassein (por su matrimonio con V. A. Manassein, profesor de la Academia Militar Médica de San Petersburgo) que era hija del renombrado arqueólogo M. A. Korkunov y que fue una de las primeras mujeres médicas en Rusia. Tras graduarse comenzó su carrera como bioquímica en el Instituto Politécnico de Viena y presentó un estudio experimental en el Congreso Internacional de Medicina en Roma de 1894 sobre una investigación experimental con 10 cachorros de perro (2, 3, o 4 meses de edad) alimentados por sus madres, a los que mantuvo en constante actividad. Tras la experiencia llegó a la conclusión directa de que «la ausencia total de sueño era más fatal para los animales que la ausencia total de alimentos» y aquellos perros fueron «irreparablemente perdidos» tras una privación del sueño de entre 96 y 120 horas señalando que las lesiones más graves se producían en sus cerebros.

Un año después de que Marie Manaceina matara a sus cachorros se llevó a cabo el primer experimento de privación del sueño con humanos del que se tiene constancia. Fue realizado en la Universidad de Iowa, Estados Unidos con tres hombres que permanecieron despiertos un total de 90 horas seguidas. Aunque aquellos hombres experimentaron cierta confusión después de las primeras 24 horas, a la segunda noche de privación del sueño comenzaron a tener alucinaciones y uno de ellos informó que el piso estaba cubierto de “una capa molecular de partículas de aspecto grasiento” comenzando a tener problemas para caminar. Pasadas 90 horas, aquellos tres hombres se quedaron dormidos sin ningún problema y durmieron tan profundamente que ni siquiera unas descargas eléctricas pudieron despertarlos.

En 1898, los fisiólogos italianos Lamberto Daddi y Giulio Tarozzi continuaron experimentando con perros a los que también probaron a mantener despiertos paseándolos y aquellos animales murieron entre los 9 y los 17 días. En enero de 1898 Lamberto Daddi publicó la descripción histopatológica de los cerebros de tres de aquellos perros indicando la presencia de alteraciones degenerativas representadas por cambios cromatolíticos, en neuronas de los ganglios espinales, células de Purkinje del cerebelo y neuronas de la corteza frontal que él atribuyó a un estado de autointoxicación del cerebro durante el insomnio

Cambios degenerativos en el cerebro de perros privados de sueño.(Reproducido de “Sulle alterazioni degli elementi del sistema nerVOSQ centrale nell’insonnia sperimentale. Rivista di Patologia Nervasa e Mentale)”

Estos estudios pioneros realizados a finales del siglo XIX representaron los primeros intentos experimentales de relacionar el sueño con los centros neuronales y sugirieron que el sueño es una función vital y que el cerebro puede verse afectado por un insomnio prolongado. Así se abrió la carrera para demostrar empíricamente cuánto tiempo puede pasar un ser humano sin dormir y muchas personas entraron en la aventura de “jugar con el sueño” bien para batir récords Guinness o por ambiciones investigadoras.

Nathaniel Kleitman (a la izquierda) y Bruce Richardson en Mammoth Cave de Kentucky. Special Collections Research Center, University of Chicago Library. Identifer: apf8-03489

En 1938, El reconocido investigador del sueño Nathaniel Kleitman y y su estudiante Bruce Richardson pasaron más de un mes bajo tierra para probar los ritmos naturales del cuerpo. Lo hicieron entre el 4 de junio y el 6 de julio de 1938, acampado en Mammoth Cave en Kentucky para estudiar la capacidad del cuerpo para adaptarse a un ciclo diferente de 24 horas. La cueva a 140 pies (42,7 mts) bajo tierra sin luz natural, proporcionaba un lugar libre de señales visuales del día y de la noche con una temperatura constante y fría de 54 ° F ( 12,2 ° C) . Tras ubicarse en una cámara de rocas de unos 26 pies de alto por 65 pies de ancho dentro de aquella cueva, cada “día” dormían 9 horas, trabajaban 10 y descansaban otras 9 horas.

Durante aquel experimento, Richardson y Kleitman se adaptaron a un día de 28 horas en «condiciones uniformes de temperatura, iluminación y tranquilidad de la cueva» y en el mismo se demostró que el cuerpo humano mantiene un ciclo de temperatura aproximado de 24 horas incluso con ausencia de señales externas. Kleitman escribió Sleep and Wakefulness en 1939, que es un relato de los hallazgos de su estudio de Mammoth Cave.

Jürgen Aschoff (1913-1998)

Dos décadas más tarde, otro investigador del sueño llamado Jurgen Aschoff. En aves y mamíferos, investigó la sensibilidad de los sistemas circadianos endógenos a los estímulos ambientales controlando la intensidad de la iluminación en animales nocturnos y diurnos, y lurgo encontró voluntarios lo suficientemente valientes como para pasar tiempo en un entorno completamente desprovisto de luz solar.Midió la temperatura corporal y la producción de orina, y llegó a la conclusión de que los seres humanos tienen ciclos circadianos naturales que no dependen de las señales ambientales, un fenómeno que pronto se generalizó como regla de Aschoff.

Peter Tripp

En 1959, un popular locutor de radio llamado Peter Tripp, de 32 años, decidió permanecer despierto durante 8 días y 8 noches como parte de una campaña publicitaria destinada a recaudar fondos para obras de caridad y una fría mañana de enero de aquel año se colocó en una cabina de vidrio en medio de Times Square para que tanto los curiosos como los científicos pudieran observar su actividad. Peter Tripp batió el record de insomnio estando despierto durante 201 horas y 10 minutos primero programando música desde aquella cabina radial y después desde un hotel en donde el era supervisado por un comité científico, Al principio todo fue bien pero en el cuarto día, Tripp comenzó a experimentar alucinaciones, imaginando arañas y ratones correteando a su alrededor. No fue solo eso sino que cada vez empezó a ser más hostil, convencido de que los médicos que lo vigilaban estaban conspirando contra él. Al octavo día, ya no pudo diferenciar entre sus alucinaciones y la realidad. De hecho, esencialmente había «perdido la cabeza».

Tripp comienza a sentir los efectos de la falta de sueño

Al completar su hazaña, Tripp durmió veintidós horas seguidas pero ya nada fue como antes. Tras aquel experimento continuó mostrando síntomas psicóticos perdió su trabajo, se divorció de su esposa y el público rara vez volvió a saber de él. Los medicos que estudiaban su caso se dieron cuenta de que sus alucinaciones visuales seguían un patrón de 90 minutos, que imitaba la sincronización del sueño REM y creen que tenia “sueños despiertos» y que su mente seguía un patrón regular de sueños mientras el cuerpo permanecía despierto.

Un año después apareció un DJ de Honolulu llamado Tom Rounds que lo intentó de nuevo manteniéndose despierto durante 260 horas. Sus alucinaciones fueron tan intensas que el último día de su intento, creyó que un neurólogo que lo visitó en su experimento era un sepulturero que trajeron para enterrarlo y salió corriendo de la habitación gritando.

Pero falta la guinda de estos “juegos con el sueño”. Debido a los posibles riesgos para la salud, los récords mundiales Guinness actualmente ya no otorgan un récord por el período de tiempo más largo sin dormir pero esto no ocurría en 1964, y un estudiante de secundaria de San Diego, llamado Randy Gardner, decidió batir todas las marcas anteriores de insomnio y se quedó despierto durante 11 días y 24 minutos.

Getty Images

Randy era un jóven de 17 años, que en 1965 tenía que presentar un proyecto para la Feria de Ciencias del colegio. Junto con sus compañeros Bruce McAllister y Joe Marciano, decidió que él sería el cobaya para ver los efectos que producía el estar sin dormir todo el tiempo que le fuera posible y además lo haría sin la ayuda de ningún estimulante. Los primeros problemas comenzaron a partir de las 48 horas en las que Randy tuvo un fuerte aumento de la tensión arterial, y astereognosis, pérdida de la capacidad para distinguir los objetos a través del tacto. Al tercer día Randy tenía dificultades para coordinar los movimientos y para hablar y su memoria empezó a fallarle.

Randy Gardner durante el experimento.

En los días siguientes empezaron las alucinaciones y durante horas creyó que él era Paul Lowe un famoso jugador de fútbol americano de la época seguido de episodios de paranoia. Para el último día, la capacidad de atención de Gardner se había reducido drásticamente, su habla era arrastrada y monótona, y era muy poco comunicativo. El 8 de enero de 1964 tras 264 horas sin dormir fue trasladado al Hospital Naval de San Diego donde durmió durante 15 horas despertando sin la ayuda de nadie.

Posteriormente surgieron otros candidatos que afirmaron haber logrado estar más tiempo despiertos que Gardner como el inglés Tom Wright que se filmó durante 266 horas sin dormir y el proyecto nacional de investigación del sueño de Australia que asegura que lo máximo que una persona ha estado sin dormir ha sido de 18 días 21 horas y 40 minutos pero el Libro Guinness de los récords desistió de registrar nuevos récords en este ámbito ante la posibilidad de que la persona que se embarque en tal aventura corra riesgos de salud. Por ello, Gardner será siempre el portador «oficial» de la marca mundial de no dormir.

Los últimos experimentos se hicieron durante la década de 1950, por la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. que se embarcó en un programa de alto secreto destinado a encontrar drogas, herramientas y técnicas para el control mental. La CIA pasó la friolera de 20 años realizando más de 150 experimentos que se conocen colectivamente como MKULTRA. Hasta donde sabemos, estas pruebas gubernamentales se han detenido y en 1977 se publicaron más de 20.000 páginas de documentación sobre aquel proyecto.

¿Y que conclusiones podemos sacar de todas estas historia? Pues que parece claro que la falta de sueño puede tener consecuencias irreversibles, dañinas y duraderas en el funcionamiento social, cognitivo y conductual. Incluso no se sabe si una persona insomne está realmente «despierta» ya que la privación prolongada del sueño en sujetos normales induce a estados alterados de conciencia (a menudo descritos como «microsueños”.Mejor no jugar con el sueño como decían los Beatles en la canción I’m only sleeping de su álbum «Revólver»

Please, don’t wake me
No, don’t shake me
Leave me where I am
I’m only sleeping

Por favor, no me despiertes
No, no me sacudas
Déjame donde estoy
Solo estoy durmiendo

Fuentes:

Dai-Jin Kim, Heung-Pyo Lee, Myung Sun Kim, Yu-Jin Park, Hyo-Jin Go, Kwang-Soo Kim, Sung-Phil Lee, Jeong-Ho Chae & Chung Tai Lee (2001) The Effect of Total Sleep Deprivation on Cognitive Functions in Normal Adult Male Subjects Enlace

Best,BThe Nature of Sleep and its Impact on Health. Enlace

Silverman, JHow can someone stay a wake for 11 days? Enlace

Parra, SRandy Gardner: el hombre que permaneció más tiempo sin dormirEnlace

Jiménez, JLo que sucede en tu vida cuando dejas de dormir por completoEnlace