Suma y sigue. Última «cagada de nuestro Gobierno»

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha concedido el tercer grado penitenciario para el secuestrador de Ortega Lara, Josu Uribetxeberria Bolinaga con lo que el gobierno del Partido Popular, inicia el último paso para liberar definitivamente a este etarra condenado en junio de 1998 a 32 años de cárcel y que abandona la prisión 15 años después de la liberación de Ortega Lara. Con casi total seguridad será puesto en libertad, puesto que la legislación española (art.92 Código Penal y art. 508 Ley de Enjuiciamiento Criminal) contempla la «enfermedad terminal» como causa de libertad de los criminales.

José Antonio Ortega Lara, era un funcionario de prisiones de Burgos que fue secuestrado el 17 de enero de 1996 por la banda terrorista ETA y que protagonizó el cautiverio mayor y más cruel de la historia de esta banda terrorista. Lo metieron durante 532 días en un zulo húmedo y tétrico, de 2,4 metros de largo por 1,7 de ancho que estaba bajo una máquina industrial en un taller de maquinaria pesada de un polígono de Mondragón. El responsable principal de este secuestro era Josu Uribetxebarria Bolinaga, un vecino de Mondragón, que frecuentaba aquella nave industrial en compañía de otros tres compinches. Los investigadores comprobaron que los cuatro captores acudían varias veces al día al local y compraban comida que no era para ellos. En la madrugada del 1 de julio de 1997, se puso en marcha un dispositivo de la Guardia Civil y se los detuvieron pero ellos mantuvieron hasta el final la tesis de que en la nave «no había nadie«. La suerte de Ortega Lara fue que un agente observó que había dos máquinas iguales y que el anclaje del suelo de una era distinto del de la otra. Entonces movieron la máquina y descubrieron que los etarras habían montado un sofisticado sistema de entrada al zulo al que se bajaba por un ascenso hidráulico que elevaba una máquina pesada, pero que se activaba por un interruptor camuflado. Es decir «toda una compleja obra de ingeniería» para dejar a su suerte a Ortega Lara y que no saliera nunca, aunque ellos cayeran, dejándolo «enterrado en vida para que muriera de hambre »

Ortega Lara tenía 38 años cuando salió del agujero con 23 kilos menos, los ojos desencajados, y un cuerpo que parecía «un pergamino» igual que el de las víctimas de los campos de concentración nazis. Cuando destaparon el agujero confundió a los agentes que lo liberaron con los etarras y gritó: «Matadme de una puta vez«. Estaba tan muerto de miedo al ver a tanta gente, que quiso «volver a su agujero» porque dentro de el, se sentía seguro. Todo un ejemplo de «Síndrome de Estocolmo» en la cual la víctima de un secuestro desarrolla una relación de complicidad con quienes lo ha secuestrado.

Pasado el tiempo se revelaron en 2011 las actas de «las negociaciones entre el anterior Ejecutivo socialistas y ETA» incautadas por la Guardia Civil tras la detención en mayo de 2008 de Francisco Javier López Peña, alias ‘Thierry’. En dichas actas se recogía que, en la reunión celebrada el 27 de octubre de 2006 entre emisarios del Ejecutivo de Zapatero y representantes de ETA, una de las ofertas que puso el Gobierno de España sobre la mesa fue «la liberación de Uribetxeberria Bolinaga«.

A raíz de estas revelaciones, el diario «La Gaceta de los Negocios» se puso en contacto con Ortega Lara y este declaró que «era un ejemplo más del desprecio del Gobierno por las víctimas del terrorismo»

Al final, ha sido el Gobierno de Mariano Rajoy, del Partido Popular quien- presuntamente- HA CUMPLIDO EL PACTO ZAPATERO-ETA concediendo el tercer grado penitenciario a Bolinaga. La «excusa» son estas palabras: «El gobierno ofrece salidas a enfermos graves, incluso a uno de Ortega Lara, uriberetxebarria (sic)»

Muy bien, Don Mariano. Genial eso de «apoyarse en los el resultado de unas pruebas» médicas del torturador, criminal y miserable etarra Bolinaga, (a quien deseo el mayor sufrimiento posible.) para soltarlo. Poner en libertad a un sujeto indeseable, que tiene varios asesinatos sobre sus espaldas y que jamas demostró piedad alguna hacia su víctima hará que los proetarras celebren esta «ultima cagada» de su gobierno como «una victoria suya» , y el pistoletazo de salida para las elecciones vascas.

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