Cuenta el Evangelio apócrifo de Nicodemo que había en Jerusalén una piadosa mujer, discípula de Jesús, de nombre Verónica que había recibido un milagro del Divino Maestro, siendo curada de un flujo sanguíneo que padecía. Aquel viernes de pasión de la luna de Marzo, Cristo iba ascendiendo agobiado por el camino del calvario, cansado en sus fuerzas físicas, coronado de espinas y con su rostro desfigurado por el sudor, la sangre y la saliva escupida por las turbas. Fue entonces cuando cayó a tierra cerca de la puerta judiciaria y allí le salió al encuentro aquella mujer que sin temor a nadie se le acercó y con un paño le limpió amorosamente el rostro, retirándose luego, desolada y triste a su casa. Al llegar allí vio con estupefacción que en aquel cendal había quedado impresa la imagen del Salvador, pero al estar aquel paño doblado varias veces al desplegarlo resultó que la cara de Jesús «había quedado estampada varias veces«. Ese es el origen de lo que se conoce como la «Santa Faz«, el «Santo Rostro» o el «Volto Santo«, una de las reliquias más famosas del cristianismo.

El misterio de los muchos lienzos que existen con la supuesta «imagen de Cristo» se lo disputan muchas iglesias por el Mundo. En Italia están las de Lucca, Sansepolcro, Manoppello y la Santa Faz de Génova en la iglesia de San Bartolomé de los Armenios; además hay otras como la Basílica del Sacré Cœur de París o la Hofburg de Viena. En España se veneran también varias imágenes asociadas al rostro de Jesús. Una en la Ermita del Santo Rostro de Honrubia (Cuenca) y otra en el Monasterio de la Santa Faz de Alicante, pero la más famosa de todas es la conocida como «El Santo Rostro» que se conserva en la catedral de Jaén, esa joya arquitectónica que optará este año a convertirse en «Patrimonio de la Humanidad»

La historia de esta reliquia se remonta al siglo XIV y puede leerse aquí .

Con el sentido del humor que lo caracteriza, el «Cronista Oficial de Jaén«, Alfredo Cazaban nos cuenta que en el siglo I, en tiempo de San Eufrasio, Obispo de Iliturgi (Andújar), había un papa en Roma, que estaba prendado de amores por una muchacha que andaba alrededor de su palacio, pero Eufrasio en Jaén tenia tres diablillos en una redoma y ellos le dijeron que «ya tenía el papa puesta la mesa para cenar con la muchacha» y ello movió su interés, así es que dijo:

– ¿En cuánto tiempo me lleváis a Roma?

– En hora y media -contestó un diablillo.

– En una hora -replicó el otro.

– En media hora -objetó el tercero- si ofreces darme todos los días las sobras de tu almuerzo.

Eufrasio aceptó la oferta del último diablo y se remontó por los aires hasta llegar a Roma, en el momento en que cenaban los amantes. Al llegar empezó a echar bendiciones a la mujer hasta que ésta y la mesa desaparecieron por el suelo, camino del infierno quitándole «la tentación al Papa» que abrazó enternecido al Obispo y le dio en recompensa «dos copias de la cara de Dios«, pero el santo perdió una de ellas en una tormenta que le asaltó en el mar al volver de Roma, por lo que sólo trajo una a Jaén. Por cierto que Eufrasio cumplió su promesa con el diablillo, partiendo nueces en su cabeza y dejándole luego las cáscaras como «sobras de su almuerzo«, lo que se cuenta en un cantar de la provincia de Jaén sobre «las caras de Jesús» que dice así:

«La primera está en Jaén la segunda en Roma Santa,y la otra cayó en el mar para consagrar las aguas.»

Pero- bromas aparte- los estudios más serios se han hecho sobre la reliquia de Italia que se supone que es la «verdadera». Sin embargo la reliquia de Jaén es un misterio, que se guarda como «oro en paño» en el interior de una enorme caja fuerte en la Capilla Mayor de la catedral jienense en un arca de plata de 40 centímetros de anchura, 63,5 de alto y 25,55 de fondo, todo ello precintado por «siete llaves«.

En su interior la misma está colocada en una tabla de 22 por 30 centímetros, enmarcada por una filigrana en plata y piedras preciosas, obra del platero cordobés José Francisco de Valderrama con 191 rubíes, 210 esmeraldas y 193 diamantes y con un lazo de brillantes en su parte superior, obra hecha en 1940 por Félix Granda. La pregunta que nos hacemos ahora es esta: ¿Tiene la catedral de Jaén en su poder el «verdadero rostro de Cristo» ?

Para los responsables del Cabildo de esta catedral, la respuesta es SI. y así lo presumen en este grabado de cobre que existe en el templo cuya leyenda indica: «VERD^IMAG.DEL.SMO.ROSTRO DE NRO REDENTOR JESUCRISTO«.

Aunque el deán Mazas de Jaén, en su obra «Memorial sobre los santos de estos Obispados», nos afirma que el «Santo Rostro» es en realidad una pintura de San Lucas, que podría ser una copia del lienzo que existe en Roma, hay otros estudios que nos aseguran que el «Santo Rostro» de Jaén no es una pintura, sino una «imagen impresa» y que la misma no se debe a la mano del hombre sino a un milagro. De hecho en el libro «Autobiografía de San Ignacio de Loyola«, se nos cuenta que el fundador de la orden Jesuita fue denunciado en Alcalá de Henares por la Inquisición, como un «iluminado«, porque parece que puso como penitencia a una madre y a su hija «que fueran en peregrinación a Jaén para visitar y adorar el Santo Rostro«. También sostiene la opinión de la veracidad de la imagen, don Guillermo Alamo Berzosa, un sacerdote de Santisteban del Puerto (Jaén) que murió en 1993 y que en 1941 obtuvo la plaza de Organista principal de la Catedral de Jaén (que ostentó durante 42 años). Este sacerdote escribió en 1968 un libro sobre esta catedral y en el mismo nos contaba las grandes semejanzas que-para él- existían entre el «Santo Rostro» de Jaén y la «Sábana Santa» de Turín, que él vio en persona. Nos dice en ese libro que en 1941 hubo necesidad de realizar una pequeña operación con la reliquia de Jaén para evitar la rotura del cristal que la protegía (ya que su marco estaba estropeado por los malos tratos que sufrió entre 1936 y 1943, un periodo en el que fue robada) y que él se ofreció al cabildo catedralicio para «hacer aquel trabajo«, lo que le permitió «tener en sus manos la reliquia», y nos añade que, aunque la misma estaba pegada a la tabla con una pasta fuerte, pudo observar las facciones del divino rostro.

Nos indica además que en el mismo apreció unas «manchas cárdenas» sobre la sien y el carrillo del lado izquierdo y otras sobre el lado derecho y que- a su entender- escapaban de cualquier «artificio humano«, sugiriendo que las mismas posiblemente podrían haber sido ocasionadas «por la corona de espinas de Jesús» . Termina sus conclusiones diciendo que para él no había ninguna duda de que «ambas eran las facciones de un mismo rostro»

El canal»History Channel» hizo un reportaje en el que afirmaba que la Sábana de Turín no era el «negativo del rostro de Cristo«, lo que se probaba si se intentaba «positivar» la imagen negativa de la misma. Al hacerlo «no aparecía ningún rostro».

IMAGEN NEGATIVA

IMAGEN POSITIVA

¿Por qué al «positivar» la imagen de la Sábana Santa no aparece una imagen clara? Según el documental la razón está en que la Sábana Santa, en vez de un negativo fotográfico, es una «matriz de información«.

Hagamos ahora lo mismo con la reliquia del «Santo Rostro» de Jaén

IMAGEN NEGATIVA

IMAGEN POSITIVA

Como podemos ver al «positivar» el negativo, obtenemos una imagen clara del rostro.

Al final del documental de History Channel nos terminan sacando el supuesto «verdadero rostro de Cristo«, que sería este:

Comparemos esta imagen del documental de History Channel con la de la reliquia de Jaén

¿Qué os parece? ¿Se parecen? Para mí desde luego que ahora «se parecen bastante» ¿Es pues la imagen del «Santo Rostro» de Jaén la misma que la del History Channel? Pues…podría ser.

Fuentes:

Wikipedia Santa Faz

José Chamorro Lozano. «Guía Artística y Monumental de la ciudad de Jaén».

Alfredo Cazaban Laguna. Artículos y estudios en la revista «Don Lope de Sosa». Jaén.

Guillermo Alamo Berzosa. «Iglesia Catedral de Jaén. Historia e Imagen»