La sinfonía estaba ya madura con las aportaciones de Mozart y Haydn pero Ludwig van Beethoven incluyó en sus obras el «factor emotivo» y plasmó sus ideales en nueve sinfonías que ocupan una posición central en la historia de la música. Son obras que expresan los sentimientos y pasiones de aquel compositor y que enriquecen el lenguaje instrumental. La obra del compositor de Bonn hizo un nexo entre dos períodos musicales importantes: el Clasicismo y el Romanticismo.
El período del Romanticismo fue una época en la que el arte alcanzó niveles nunca vistos y la música empezó a concebirse como un medio para expresar la alegría y el dolor. Se ha dicho que la «orquesta de Beethoven» es la orquesta moderna, una especie de orquesta del Romanticismo enriquecida con familias más numerosas de instrumentos de madera y de metal, capaces de ejecutar armonías completas sin cambiar de timbre instrumental pero eso no es del todo cierto ya que si analizamos la composición de la orquesta beethoveniana comprobamos que difiere muy poco de la heredada de Haydn y Mozart. ¿A qué se debe, pues la «nueva fuerza» que empezó a percibirse en las obras de este compositor? Pues la misma no está solamente en el aumento de los elementos de la orquesta (aunque algunos hubo) sino en la forma de emplearlos. Por eso la música de Beethoven «suena diferente».
Para comprender la música de Beethoven hay que remitirse a los ideales que profesaba aquel músico, ya que los mismos son los pilares sobre los que descansa su obra. Beethoven era un enamorado de la Revolución Francesa y de sus consignas de liberté, egalité, y fraternité y para él, aquellos tres ideales cumbre de la Ilustración (libertad, igualdad y fraternidad) que eran los que llevaban al hombre la felicidad y lo acercaban o lo divino. Por eso sus obras son un reflejo de lo que sucedía en la sociedad de aquella época.
La primera parte de la su obra está marcada por el Clasicismo y por la influencia haydniana. Cuando cumplió los 30 años y presentó su Primera Sinfonía (Op. 21), fascinó a sus contemporáneos por su frescura y originalidad ya que la misma arranca con un acorde distinto a la tonalidad principal de do mayor.
Sin embargo en esa Primera Sinfonía, Beethoven no parece haber avanzado mucho respecto a sus inmediatos predecesores y su progreso empieza a marcarse en el año 1803 cuando dio a conocer su Segunda Sinfonía en Re mayor (Op. 36) que abrió todo un mundo de sonoridades nuevas y sorprendentes
Pero no fue hasta 1805 cuando «rompió todos los moldes» con su Tercera Sinfonía en mi bemol mayor (Op. 55). Beethoven era un admirador ardiente de Napoleón y por eso bautizó originalmente su trabajo con el sobrenombre de «Bonaparte» pero el compositor sufrió una amarga desilusión cuando se enteró de que Napoleón se había coronado como Emperador y eso para él era una traición a los ideales democráticos. Por eso cambió el sobrenombre de aquella sinfonía por el de «Heroica».
Esta sinfonía dura dos veces más que cualquier otra de la época, y presenta la «orquesta más grande de sonidos» que anuncia claramente el Romanticismo.
Pero como dijimos antes Beethoven no se conformana con aumentar los elementos de la orquesta sino que los empleaba de una manera nueva y diferente. En su Cuarta Sinfonía en si bemol mayor (Op. 60), compuesta en 1806 ya empieza a exigir virtuosismo a sus intérpretes y en el «Finale» de la misma ya es muy exigente con el fagot.
En 1808 compone la colosal Quinta Sinfonía (Op. 67) en Do menor de sobrenombre «Trágica » en la que nos muestra una elaborada forma de expresar los sentimientos y las pasiones destacando la construcción de los cuatro movimientos con una estructura basada en cuatro notas (tres corcheas y una negra), que son quizá la firma más personal de este compositor.
La Sinfonía n.º 6 en fa mayor, op. 68 de apelativo «Pastoral » es su única sinfonía en 5 movimientos y en la misma nos da un maravilloso ejemplo de cómo se pueden transcribir en sonidos las imágenes de la naturaleza. El uso de los trombones o el -ya usual desde ahora- segundo par de trompas,con gran economía de medios es magistral. En la «Pastoral» Beethoven hace esperar a los trombones, que no entran hasta el estallido frenético de la tempestad campestre, tras muchos compases de obligado y justificado silencio. Una idea magistral
La Séptima Sinfonía en La mayor (Op. 92) es una obra de gran potencia y aparece en 1813 cuando el maestro ya estaba sordo y puede considerarse como una “apoteosis de la danza” por su implacable y notable lirismo, particularmente en su célebre segundo movimiento.
Al año siguiente, 1814, Beethoven concluye su obra más alegre y desenfadada. La Octava Sinfonía en Fa mayor (Op. 93), que es muy breve (poco más de 20 minutos) pero de una compleja elaboración por eso le llaman «la inconclusa«.
Y es entonces cuando el genio dejará pasar diez años para cerrar su ciclo sinfónico con una obra maestra total. Fue en 1824 (tres años antes de su muerte en 1827) cuando compone su Novena Sinfonía, que ésta considerada como «su obra cumbre» y cuyo nombre completo es el de Sinfonía no 9 Op. 125 en Re menor (coral), que fue estrenada ante una ávida multitud el 7 de mayo de 1824 en el Kärtnertor-theater de Viena y que representa el mejor ejemplo de los sentimientos que tenia el artista cuando la compuso.
El canto coral de la Novena Sinfonía se basa en un poema de Friedrich von Schiller que escribió en 1785 la oda An die Freude publicada al año siguiente en la revista «Thalia». Esta oda encierra los conceptos fundamentales de los ideales del siglo XVIII sobre el tema de «la felicidad universal» y la alegría entendida como unión entre los seres humanos y Beethoven la quiso elevar a la cumbre de sus anhelos de libertad y conciliación universal. La idea de poner música a aquella oda de Schiller ya estaba presente en la mente de Beethoven desde el año 1793 y a partir de 1817, empezó a tomar forma en su mente la composición. Cuando el 7 de mayo de 1824 aquella sinfonía fue ejecutada ante un Beethoven completamente sordo, el compositor ante los aplausos de la multitud, se emocionó hasta las lágrimas.
Porque la «Novena» de Beethoven puede considerarse como una de las obras capitales de la historia de la música y en la misma el compositor inauguró la colaboración de la voz humana en el campo orquestal. El movimiento final para coro de la Novena y última Sinfonía de Beethoven emplea la voz como un enriquecimiento del lenguaje instrumental. Veamos como escribió Beethoven (traducido) el último movimiento de aquella Sinfonía n.° 9 llamado el «himno a la alegría»
1.- Intensidad : mezzo-forte
Ejecutante:barítono solo.
Texto cantado:
¡Oh, amigos, no entonemos estossones, sino otros más gratos y mas alegres!
2.-Intensidad:allegro assai forte
Ejecutante: barítono solo con acompañamiento de cuerda (piano), oboe y clarinete.
Texto cantado:
1. Alegría, bella chispa divina,
2. hija del Elíseo,3. ebrios de fuego entramos,
4. ¡oh, celeste!, en tu santuario.
5. Tus encantos reúnen
6. lo que la moda ha cruelmente.
7. dividido. Todos los hombres se vuelven hermanos
8. allí donde se detiene tu suave ala.
3.- Ejecutante:coro.
Texto cantado:
repetición de los versos 5-8.
4.- Intensidad:piano tenor
Ejecutante:barítono, contralto solista
Texto cantado:
9. El que haya conseguido el gran lance
10. de ser amigo de un amigo
11. el que haya conquistado una mujer amada
12. ¡que una su júbilo !
13. Sí, aquel que aunque sólo un alma ,
14. pueda llamar suya sobre gentes de la tierra,
15. y aquél que nunca lo haya
16. conseguido, que se retire llorando de esta liga.
5.-Ejecutante:coro
Texto cantado:
repetición de los versos 13-16
6.- Intensidad;piano
Ejecutante:barítono y tenor solista, después contralto, y por último soprano.
Texto cantado:
17. Alegría liban todos los seres
18. en el seno de la Naturaleza
19. todos los buenos, todos los malos
20. siguen su rastro de rosas
21. Besos nos dio a nosotros y pámpanos
22. y un amigo probado con ¡a muerte!
23. la voluptuosidad fue dada al gusano
24. y el Querubín está en presencia de Dios
7.-Intensidad:forte
Ejecutante:coro.
Texto cantado:
repetición de los versos 21-24
8.- Intensidad:lento fortissimo
Ejecutante:coro
Texto cantado:
repetición del verso 24
9.- Intensidad:allegro assai alla marcia mezzoforte.
Ejecutante:tenor solista
Texto cantado:
25. Alegres, como vuelan sus soles
26. a través del espléndido plano del cielo
27. seguid, hermanos, vuestro camino
28. alegres como un héroe en la victoria.
10.- Ejecutante:coro
Texto cantado:
repetición de los versos 27-28
11.- Intensidad:fortissimo orquesta fuga instrumental, allegro assai fortissimo.
Ejecutante:coro.
Texto cantado:
repetición de los versos 1-8
12.- Intensidad:andante maestoso fortissimo
Ejecutante:tenores y bajos
Texto cantado:
29. ¡Abrazadme, oh, millones!
30. ¡Ese beso para el mundo entero!
31.- Ejecutante:coro.
Texto cantado:
repetición de los versos 29-30
32.- Intensidad:forte
Ejecutante:tenores y bajos
Texto cantado:
31. Hermanos, sobre el pabellón
32. estrellado, debe vivir un padre amado.
33.- Ejecutante:coro
Texto cantado:
repetición de los versos 31-32
34.- Intensidad:adagio, ma non troppo, ma divoto piano, crescendo hasta llegar a fortissimo
Ejecutante:coro.
Texto cantado:
33. ¿Os postemáis, millones?
34. ¿Presentas tú al creador, oh, mundo?
35. ¡Búscalo sobre el pabellón estrellado!
36. Sobre las estrellas debe vivir
35.- Intensidad:pianissimo
Ejecutante:coro, en canon sobre un sonido solo
Texto cantado:
repetición del verso 36
36.- Intensidad:allegro enérgico, sempre ben marcato forte
Ejecutante:coro, doble fuga, sopranos, contraltos, tenores, bajos
Texto cantado:
repetición de los versos 1-4
repetición de los versos 29-30 (2 veces)
repetición de los versos 1-4
37.-Intensidad: piano orquesta casi muda
Ejecutante:bajos tenores contraltos sopranos
Texto cantado:
repetición de los versos 33-36 (4 veces)
38.- Intensidad:allegro ma non tanto piano
Ejecutante:tenor y barítonosolistas, soprano y contralto solistas en eco
Texto cantado:
repetición del verso 2
(los mismos a manera de fuga)
repetición del verso 5
39.-Ejecutante:solistas y coro
Texto cantado:
repetición de los versos 5-6
40.- Ejecutante:coro
Texto cantado:
repetición de los versos 7-8
41.- Intensidad:poco adagio piano, crescendo.
Ejecutante:coro
Texto cantado:
repetición de los versos 5-6
42.- Ejecutante:coro y solistas
Texto cantado:
repetición de los versos 7-8
43.- Intensidad:prestissimo forte
Ejecutante:coro
Texto cantado:
repetición de los versos 29-32
repetición de ios versos 1-2
44.-,Intensidad:fortissimo
Ejecutante:coro
Texto cantado:
repetición del verso 1
La forma descrita anteriormente demuestra como Beethoven «maneja la voz humana» mezclándola con la orquesta y sacando partido a los recursos expresivos de la misma. Se trata de una manera magistral ya que no lo hace al estilo de los «operistas natos» como Gluck, Verdi o Puccini sino que somete a las voces a las exigencias propias de la partitura considerándolas como «un instrumento más» de la orquesta.
Por eso el «himno a la alegría» ha trascendido a tal nivel, que no sólo ha pasado a ser el himno de la Unión Europea, sino que se ha convertido en un verdadero símbolo mundial, y una de las más excelsas creaciones que ha presenciado la historia de la humanidad. En 1972 el Consejo de Europa lo convirtió en el himno que simbolizaría a la Unión Europea y en 1985 fue oficialmente adoptado por sus dirigentes .Por si no lo sabíais aquí os pongo una curiosidad: los discos compactos tienen una capacidad de reproducción de 74 minutos que es la duración exacta de la Novena Sinfonía de Beethoven.
Fuentes:
La Novena Sinfonía de Beethoven: historia, ideas y estética.Matías Rivas V.
La estética del Romanticismo, Paolo D’Angelo, Visor, Madrid, 1999
Música, historia e ideas, Hugo Leichtentritt, Espasa-Calpe, Buenos Aires, 1945,
Maestros de la Música, editorial Planeta-De Agostini
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