«El Sheriff de Nottingham» vs «El Bombero Torero»

Hoy empezaré hablando de aquel personaje de la película «Robin Hood» que se llamaba Roger de Lacey y que era el Sheriff de Nottingham, encargado de recaudar los impuestos para el Príncipe Juan en aquel pueblo; era un personaje ciertamente desagradable, archienemigo de Robin Hood y defensor de los ricos frente a los pobres.

Si tuviera que imaginarme a un «alter ego» de este personaje me acordaría de nuestro Ministro de Hacienda don Cristóbal Montoro, el hombre encargado de la recaudación de los impuestos en España. ¿Por qué digo esto? Pues sencillamente porque ayer los esbirros de nuestro Sheriff se lanzaron como una jauría de lobos contra el «Restaurante Gastro» en Madrid propiedad del prestigioso cocinero Sergi Arola (galardonado con dos estrellas Michelín). Al parecer la empresa de este cocinero debe unos 148.000 euros a la Agencia Tributaria y 160.000 euros  a la Seguridad Social, por lo que seis funcionarios de Montoro decidieron precintar su bodega, una mesa de la sala y el espacio de coctelería. Fue una acción espectacular con despliegue de cintas amarillas como «cuando se aísla la escena de un crimen«. Podríamos hacernos algunas preguntas sobre si se vulneró el «derecho al honor» del señor Arola o de el por qué se hizo aquel «asalto» cuando había 40 personas comiendo en el restaurante pero la respuesta es mucho mas simple: SI TIENES UNA DEUDA CON HACIENDA DEBES DE PAGARLA y si no la pagas deberás «atenerte a las consecuencias». Ese es el lema del Sheriff de Nottingham y las «consecuencias» para Sergi Arola han sido que el chef catalán ha tenido que cerrar su restaurante

No es la primera vez que pasa esto del «escarnio público» a los famosos en España y- naturalmente- don Cristóbal Montoro no tiene toda la culpa ya que él sólo continúa «poniendo en valor» aquel viejo eslogan de hace 35 años inventado por los antecesores de nuestra actual Agencia Tributaria de que ‘Hacienda somos todos‘  y que comenzó con aquel caso de ‘La faraona’ (nuestra inolvidable Lola Flores) que fue la primera vez que se aplico por nuestro Fisco el noble arte del «acoso y derribo» a los famosos para «dar ejemplo» . Aquella folclórica fue condenada a dos años y un mes de cárcel, una multa de 96 millones de pesetas y una indemnización para el Estado de otros 52 millones que luego al final se quedó en una multa de 28 millones, y aún recuerdo cuando Lola (qepd) tras conocer su condena, pronuncio aquellas famosas palabras de : «Si una peseta me diera cada español, pero no a mí, a donde tienen que darla, quizás saldría de la deuda» y con ella se abrió «la veda de la caza del famoso» ya que detrás vendrían muchos más. El último ha sido Sergi Arola

A mi no me parece mal que Montoro haga el papel del Sheriff de Nottingham y se convierta en el «malo de la película«. Todo sea por la noble labor de engordar las arcas del estado, haciendo pagar a quienes defraudan ( y si son famosos con más razón) y el que don Cristóbal mantenga una pose de «tipo duro» me parece bien ya que las amenazas y los «avisos a navegantes» para los que no pagan impuestos suelen dar buen resultado.

Lo que ya me resulta sorprendente es el que nuestro duro Shérif «caiga en el ridículo» y haga en papel de «El Bombero Torero«. Recordemos que El Bombero Torero fue aquel inolvidable personaje del santanderino Pablo Celis Cuevas, cuyo espectáculo todavía se sigue representando con éxito en muchos pequeños festejos locales de España

¿Y por qué lo llamo yo  «bombero«? Pues muy sencillo, porque ese es exactamente el papel que últimamente está desempeñando el señor Montoro con el feo asunto de que la Agencia Tributaria atribuyera 13 fincas a la infanta Cristina que nunca fueron suyas. Nuestro ministro ha asumido el papel de «apagafuegos» (o sea el de «bombero») y sus últimas actuaciones son lo mas parecido que conozco a aquel espectáculo cómico-taurino- musical.

Primero el pasado martes el señor Montoro  esquivó en el Senado las preguntas de los periodistas sobre este asunto. Luego nos afirmó que no había nada que ocultar, y que todo se trataba de «errores lamentables», añadiendo que «no hay razón para la sospecha».

Francamente no sé que hacer. Si lanzarme a los bosque de Sherwood con Robín Hood para ponerme del lado de los que combaten los presuntos «atropellos» de los funcionarios de nuestro inolvidable Sheriff contra los deudores tributarios o sentarme en la plaza para reírme con las actuaciones de los «enanitos toreros», viendo a Montoro en el bonito papel de «defensor de nuestra Infanta» y pidiendo disculpas a la Casa Real por el error «lamentable» con doña Cristina.

Creo que me voy a quedar con la segunda opción porque REÍR ES BUENO

2 Comentarios

  1. Excelente artículo.

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    1. mrjaen dice:

      Muchas gracias. Me encanta que te haya gustado

      Manuel Rubio

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